(Lee al final el estudio un devocional de Éxodo 33. Esperamos sea de bendición para ti.)
El significado de Éxodo 33 se refiere a la seguridad de la presencia de Dios. Debido a su misericordia, Dios permitió al pueblo continuar su viaje hacia la tierra que había prometido a sus antepasados, pero debido a su pecado, no podía ir con ellos para no destruirlos.
La seguridad de la presencia de Dios
Sin embargo, prometió enviar un representante celestial para ir delante de ellos a Canaán. También exigió que el pueblo diera una clara señal externa de duelo por el pecado pasado y la pérdida de la comunión con Dios resultante de él (Éxodo 33:1-6).
La negativa de Dios a ir con Israel molestó a Moisés. Por lo tanto, acudió a Dios con una nueva petición en nombre del pueblo rebelde. Al introducir esta oración, el escritor nos da una imagen de cómo el pueblo de Israel adoraba durante el tiempo anterior a la construcción del tabernáculo
Moisés se reunió y habló con Dios en una tienda de campaña fuera del campamento principal, mientras el pueblo estaba en sus puertas, frente a la tienda de Moisés y adorando en espíritu con él. El ayudante principal de Moisés, Josué, actuaba como guardián de este lugar de encuentro sagrado (Éxodo 33:7-11; cf. 24:13).
Entonces Moisés le hizo a Dios su pregunta. Si Dios no habitaba entre el pueblo para no destruirlo, y si su representante especial no debía habitar en medio de él, sino ir delante de él, ¿quién debía entonces habitar en medio de él?
Puede que el pueblo fuera rebelde, pero Moisés no quería que Dios se alejara de ellos por completo. Pidió a Dios una indicación clara de sus planes.
Dios respondió prometiendo a Moisés su presencia. Esto tranquilizó a Moisés, ya que no veía ningún propósito en que Israel entrara en Canaán como pueblo de Dios si su presencia no estaba entre ellos (Éxodo 33:12-16).
La gloria de Dios
La respuesta de Dios animó a Moisés a pedir aún más. Quería una mayor comprensión espiritual de la naturaleza de Dios. En respuesta, Dios reveló a Moisés algo más de su gloria.
La visión no era para satisfacer la curiosidad sobre la apariencia de Dios, sino para revelar la bondad, la misericordia y la gloria del que era el Dios de Israel, el Señor (Éxodo 33:17-23). (Esta visión ocurrió un poco más tarde, cuando Moisés regresó al monte; véase Éxodo 34:4-7).
Devocional:
Jehová dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. (Éxodo 33:1)
Puede que me equivoque, pero creo que Éxodo 33 es el capítulo favorito de este libro para un buen número de lectores cristianos. Es imposible no conmoverse al leer la intercesión de Moisés para que la presencia de Dios no se retire de en medio del pueblo. Su búsqueda de la presencia es inspiradora. Se retiró a buscar al Señor en la tienda de reunión, donde el Señor le habló cara a cara, como a un amigo (vv.11). Tal intimidad le llevó a orar por la presencia divina no sólo sobre él, sino también sobre todo el pueblo (vv.14,15) y por la manifestación de la gloria divina (vv.18).
El mayor deseo de un siervo de Dios es la intimidad con el Señor. ¡Cómo anhelo tener intimidad con mi Dios y conocerlo más cada día! Nuestra búsqueda del Señor es el objetivo último del discipulado, conocer a Dios para conocerse a sí mismo y llegar a ser como Cristo. No necesitas dinero, necesitas a Dios. No necesitas salud, necesitas a Dios. Cuando el Señor es todo lo que tienes, te darás cuenta de que ya tienes todo lo que necesitas.
Oración:
Señor, que recuerde cada día que en Ti ya tengo todo lo que necesito y que de esa verdad mi prioridad sea buscarte, conocerte, amarte y glorificarte cada día más.