Biblia Devocional en 1 Año: Gálatas 4

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Gálatas 4

Gálatas 4 nos recuerda que somos hijos de Dios por la fe en Cristo, no por la ley. La salvación no se gana con esfuerzos humanos, sino que es un regalo de Dios. Como hijos, tenemos libertad y herencia en Cristo. No debemos volver a la esclavitud de la ley, sino vivir confiando en la gracia de Dios y en la obra redentora de Cristo.

Hijos de Dios y No Esclavos (Gálatas 4:1-7)

Pablo compara a los creyentes con un heredero menor de edad, quien aunque es dueño de todo, sigue bajo tutores hasta el tiempo establecido por el padre.

Antes de Cristo, éramos esclavos de los rudimentos del mundo, pero Dios envió a su Hijo en el momento perfecto, nacido de mujer y bajo la ley, para redimirnos y adoptarnos como hijos. Ahora, como hijos de Dios, tenemos el Espíritu de su Hijo en nuestros corazones, clamando: «Abba, Padre», y ya no somos esclavos, sino herederos.

Advertencia Contra el Retroceso a la Ley (Gálatas 4:8-20)

Pablo expresa su preocupación porque los gálatas, que antes eran esclavos de dioses falsos, ahora quieren volver a la esclavitud de la ley, observando días, meses y festividades judías.

Les recuerda su amor por ellos y cómo antes lo recibieron con gratitud a pesar de su enfermedad. Les pregunta si ahora lo ven como enemigo solo porque les dice la verdad. Pablo anhela que Cristo sea formado en ellos y desea estar con ellos para guiarlos nuevamente.

La Alegoría de Sara y Agar: La Libertad en Cristo (Gálatas 4:21-31)

Pablo usa la historia de Sara e Isaac (la libre) y Agar e Ismael (la esclava) como una alegoría para ilustrar la diferencia entre la gracia y la ley.

  • Agar (la esclava) representa el monte Sinaí y la Jerusalén terrenal, es decir, la ley y la esclavitud.
  • Sara (la libre) representa la Jerusalén celestial y la promesa, es decir, la fe en Cristo.

Pablo declara que los creyentes son hijos de la promesa, como Isaac, y no de la esclava. Por lo tanto, no deben someterse nuevamente a la esclavitud de la ley.

Versículo clave de Gálatas 4:

«Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.» Gálatas 4:7

Este versículo nos revela una verdad fundamental del evangelio: en Cristo hemos sido adoptados como hijos de Dios. Ya no somos esclavos del pecado, de la ley o del miedo, sino que ahora tenemos una relación íntima con el Padre celestial. Como hijos, no solo disfrutamos de su amor y cuidado, sino que también somos herederos de sus promesas y de la vida eterna.

Este pasaje nos invita a vivir con la seguridad de nuestra identidad en Cristo. No somos huérfanos espirituales ni prisioneros del pasado, sino hijos amados por Dios. Nos llama a acercarnos a Él con confianza, viviendo como verdaderos herederos de su reino.

Oración:

Señor, gracias porque en Cristo ya no soy esclavo, sino tu hijo. Ayúdame a vivir con la certeza de tu amor y a confiar en tus promesas. Enséñame a caminar en mi identidad como heredero de tu gracia, reflejando tu amor y tu verdad en todo lo que haga. En el nombre de Jesús, Amén.