Hechos 1:
Hechos 1 marca el inicio de la iglesia primitiva, enfatizando la necesidad de esperar en el Espíritu Santo para cumplir la misión de Jesús. La ascensión reafirma su promesa de regresar, mientras que la unidad y la oración de los discípulos ejemplifican la preparación espiritual para el llamado divino. Este capítulo nos anima a vivir con expectativa, dependencia del Espíritu Santo y compromiso con la misión de ser testigos de Cristo.
La Promesa del Espíritu Santo (Hechos 1:1-8)
Lucas, el autor, introduce el libro como una continuación de su Evangelio, recordando todo lo que Jesús hizo y enseñó hasta su ascensión. Jesús, después de su resurrección, se aparece a los apóstoles durante 40 días, hablándoles sobre el Reino de Dios. Les instruye que no salgan de Jerusalén, sino que esperen la promesa del Padre: el Espíritu Santo. Les asegura que recibirán poder cuando el Espíritu venga sobre ellos y serán sus testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra.
La Ascensión de Jesús (Hechos 1:9-11)
Después de estas palabras, Jesús es levantado al cielo mientras los apóstoles lo observan. Dos ángeles aparecen y les aseguran que Jesús regresará de la misma manera en que lo vieron subir al cielo. Este evento confirma la promesa de su segunda venida.
Los Apóstoles Regresan a Jerusalén (Hechos 1:12-14)
Los apóstoles regresan al aposento alto en Jerusalén, donde permanecen unidos en oración junto con las mujeres, María, madre de Jesús, y sus hermanos. Este grupo inicial de creyentes demuestra unidad y devoción mientras esperan la llegada del Espíritu Santo.
La Elección de Matías (Hechos 1:15-26)
Pedro, dirigiéndose a los 120 creyentes reunidos, explica que Judas, quien traicionó a Jesús, cumplió las Escrituras y que es necesario elegir a alguien para ocupar su lugar. Dos hombres son propuestos: José llamado Barsabás (también conocido como Justo) y Matías. Después de orar, echan suertes, y Matías es elegido para unirse a los once apóstoles.
Versículo clave de Hechos 1:
«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra»— Hechos 1:8
Este versículo es una declaración central en el libro de los Hechos, ya que Jesús promete a sus discípulos el poder del Espíritu Santo para cumplir la misión de llevar el evangelio al mundo entero. Jesús establece un modelo de expansión del evangelio: comenzando en Jerusalén (su lugar de origen), extendiéndose a Judea y Samaria (regiones vecinas) y alcanzando hasta los confines de la tierra.
Este versículo no solo reafirma el poder transformador del Espíritu Santo, sino que también nos recuerda nuestra responsabilidad como creyentes de ser testigos de Jesús en nuestras comunidades y más allá. La misión sigue vigente hoy: somos llamados a compartir el evangelio con el mismo poder y guía del Espíritu Santo.
Oración:
Señor, gracias por la promesa del Espíritu Santo, que nos da poder y dirección para ser tus testigos. Ayúdame a vivir con valentía y a compartir tu mensaje de salvación con quienes me rodean. Llena mi vida de tu Espíritu y úsame para glorificar tu nombre y extender tu reino, desde mi hogar hasta los lugares más lejanos. En el nombre de Jesús, Amén.