Hechos 21:
Hechos 21 revela la firmeza de Pablo en cumplir la misión que Dios le ha dado, incluso sabiendo que enfrentará sufrimiento y oposición. Su disposición a seguir adelante a pesar de las advertencias y su voluntad de demostrar respeto por la ley de Moisés reflejan su amor por Dios y por sus compatriotas judíos. Este capítulo nos desafía a perseverar en la fe y a seguir el llamado de Dios, aun cuando enfrentemos peligros y malentendidos. Nos anima a vivir con valentía, obediencia y un espíritu de reconciliación.
Pablo Viaja a Jerusalén (Hechos 21:1-16)
Pablo y sus compañeros parten de Mileto y pasan por varias ciudades hasta llegar a Tiro, donde se quedan siete días con los discípulos. Los creyentes, guiados por el Espíritu, le advierten que no suba a Jerusalén. A pesar de las advertencias, Pablo continúa su viaje. Al llegar a Cesarea, se hospedan en casa de Felipe el evangelista. Allí, el profeta Ágabo predice que Pablo será atado y entregado a los gentiles en Jerusalén. Los discípulos tratan de disuadirlo, pero Pablo insiste en que está dispuesto a morir por el nombre del Señor Jesús. Finalmente, sus compañeros aceptan su decisión y lo acompañan a Jerusalén.
Pablo en Jerusalén (Hechos 21:17-26)
Al llegar a Jerusalén, Pablo es recibido con gozo por los hermanos. Al día siguiente, se reúne con Jacobo y los ancianos de la iglesia, quienes le informan que muchos judíos creyentes están preocupados porque han oído que Pablo enseña a los judíos que viven entre los gentiles a abandonar la ley de Moisés.
Para demostrar que no está en contra de la ley, los ancianos sugieren que Pablo participe en un rito de purificación junto con cuatro hombres que han hecho voto. Pablo accede y entra en el templo para cumplir el rito.
El Arresto de Pablo en el Templo (Hechos 21:27-36)
Cuando el rito está por concluir, algunos judíos de Asia lo ven en el templo y, alborotando a la multitud, lo acusan falsamente de enseñar contra la ley y de haber profanado el templo al introducir a gentiles. La multitud se agita, arrastran a Pablo fuera del templo e intentan matarlo. La noticia llega al comandante romano, quien interviene con soldados y detiene a Pablo. La multitud sigue gritando: «¡Muera!»
Pablo Pide Hablar al Pueblo (Hechos 21:37-40)
Mientras lo llevan a la fortaleza, Pablo pide al comandante permiso para hablar a la multitud. Sorprendido por el hecho de que Pablo habla griego, el comandante accede. Pablo se dirige a la multitud en lengua hebrea, lo que causa un gran silencio, y se prepara para dar testimonio de su conversión y misión.
Versículo clave de Hechos 21:
“Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.” — Hechos 21:13
En este versículo, Pablo muestra su determinación y valentía al enfrentar el peligro que le esperaba en Jerusalén. A pesar de las advertencias de sus amigos y de la profecía de que sería arrestado, Pablo estaba completamente dispuesto a sufrir e incluso a morir por causa de Cristo. Este acto refleja su amor incondicional por el evangelio y su confianza en el plan soberano de Dios.
Este pasaje nos enseña sobre la entrega total a Dios y el compromiso con Su misión, aun cuando implique sacrificios. La disposición de Pablo nos desafía a vivir con una fe valiente, dispuestos a enfrentar dificultades por el nombre de Jesús, confiando en que Él está con nosotros en todo momento.
Oración:
Señor, dame el valor y la fe de Pablo para seguirte sin temor, aun cuando las circunstancias sean difíciles. Ayúdame a tener un corazón dispuesto a obedecerte y a dar testimonio de tu nombre, sin importar el costo. Fortalece mi espíritu y guíame cada día en tu propósito. En el nombre de Jesús, Amén.