Hechos 26
Hechos 26 es un testimonio poderoso de cómo Dios puede transformar incluso a los más fervientes opositores en sus siervos. Pablo aprovecha la oportunidad de su defensa para predicar el evangelio con claridad y pasión, mostrando cómo su vida fue radicalmente cambiada por su encuentro con Jesús. Este capítulo nos desafía a ser valientes al compartir nuestra fe y a confiar en que el evangelio tiene el poder de convencer, incluso en los contextos más difíciles.
Pablo Presenta su Defensa Ante el Rey Agripa (Hechos 26:1-11)
Pablo, con permiso para hablar, comienza su defensa reconociendo que es un privilegio presentar su caso ante el rey Agripa, quien tiene conocimiento de las costumbres y disputas judías. Pablo relata su vida pasada, destacando su estricta formación como fariseo y su fervoroso celo por la ley. Explica cómo persiguió a los cristianos, incluso aprobando su muerte, encarcelándolos y forzándolos a blasfemar.
La Conversión de Pablo (Hechos 26:12-18)
Pablo describe su encuentro con Jesús en el camino a Damasco. Narra cómo, al mediodía, una luz más brillante que el sol lo rodeó a él y a sus acompañantes. Cayendo al suelo, escuchó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.» Jesús se identificó y lo llamó a ser su siervo, enviándolo a los gentiles para abrir sus ojos y guiarlos de las tinieblas a la luz.
La Obediencia al Llamado (Hechos 26:19-23)
Pablo explica que, después de su conversión, obedeció la visión celestial. Comenzó a predicar en Damasco, luego en Jerusalén, Judea y entre los gentiles, proclamando el arrepentimiento y el regreso a Dios. Aclara que es por este mensaje que los judíos intentaron matarlo. Sin embargo, con la ayuda de Dios, ha seguido testificando, declarando que el sufrimiento, muerte y resurrección de Cristo cumplen las Escrituras y que este mensaje es para judíos y gentiles.
La Reacción de Festo y Agripa (Hechos 26:24-32)
Cuando Pablo habla de la resurrección, Festo lo interrumpe, exclamando que está loco debido a su mucho estudio. Pablo responde con calma, asegurando que habla palabras de verdad y cordura. Se dirige al rey Agripa, preguntándole si cree en los profetas. Agripa, intrigado, responde: «Por poco me persuades a ser cristiano.»
Pablo concluye expresando su deseo de que todos los presentes sean como él, excepto por las cadenas. Después de la audiencia, Agripa, Festo y los demás concluyen que Pablo no ha hecho nada que merezca la muerte o prisión, y Agripa señala que podría haber sido liberado si no hubiera apelado a César.
Versículo clave:
«Pero me he auxiliado de Dios hasta el día de hoy, y permanezco testificando a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder.» Hechos 26:22
En este versículo, Pablo, defendiendo su fe ante el rey Agripa, resalta su dependencia total de Dios para perseverar en su misión. A pesar de las múltiples adversidades que ha enfrentado, continúa testificando tanto a personas influyentes como a aquellos de menor rango social. Pablo subraya que su mensaje no es algo nuevo o propio, sino el cumplimiento de las Escrituras, según lo anunciado por Moisés y los profetas.
Este pasaje nos enseña la importancia de depender de Dios en todo momento y de mantenernos fieles al mensaje del evangelio, sin importar las circunstancias o la audiencia. También nos recuerda que nuestra fuerza y capacidad para testificar vienen de Dios, quien nos sostiene y guía.
Oración:
Señor, gracias por ser mi ayuda y fortaleza en todo momento. Ayúdame a permanecer fiel a tu llamado y a testificar de tu amor y verdad sin importar a quién me enfrente. Dame sabiduría y valentía para proclamar tu evangelio, confiando siempre en tu poder y en las promesas de tu Palabra. En el nombre de Jesús, Amén