Hechos 9
Hechos 9 muestra el poder transformador de la gracia de Dios en la vida de Saulo, quien pasa de perseguidor a predicador. La disposición de Ananías para obedecer y de Bernabé para respaldar a Saulo subraya la importancia del discipulado y la comunidad cristiana. Los milagros realizados por Pedro revelan la autoridad de Cristo y cómo su obra continúa a través de los apóstoles. Este capítulo nos desafía a confiar en la soberanía de Dios para transformar vidas y expandir su reino, incluso en medio de oposición.
La Conversión de Saulo (Hechos 9:1-19)
Saulo, aún amenazando y persiguiendo a los cristianos, recibe cartas del sumo sacerdote para ir a Damasco y arrestar a los seguidores de Jesús. En el camino, una luz del cielo lo rodea, y cae al suelo. Una voz le dice: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Saulo pregunta: «¿Quién eres, Señor?» y la voz responde: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.»
Cegado por la experiencia, Saulo es guiado a Damasco, donde pasa tres días sin ver, comer ni beber. Mientras tanto, Dios envía a Ananías, un discípulo, para que ore por Saulo y le devuelva la vista. Ananías, aunque inicialmente temeroso debido a la reputación de Saulo, obedece y lo llama «hermano Saulo.» Saulo recupera la vista, es lleno del Espíritu Santo y es bautizado.
El Ministerio de Saulo en Damasco y Jerusalén (Hechos 9:20-31)
Después de su conversión, Saulo comienza a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios, sorprendiendo a todos por el cambio radical en su vida. Los judíos en Damasco traman matarlo, pero los discípulos lo ayudan a escapar bajándolo en una canasta por un muro.
En Jerusalén, Saulo intenta unirse a los discípulos, pero tienen miedo de él. Bernabé interviene, lo presenta a los apóstoles y testifica de su conversión. Saulo predica con valentía en Jerusalén, pero nuevamente enfrenta amenazas de muerte, y los hermanos lo envían a Tarso. La iglesia, mientras tanto, crece en paz y es edificada, fortalecida por el Espíritu Santo.
Los Milagros de Pedro (Hechos 9:32-43)
Pedro viaja por la región y realiza dos milagros importantes:
La sanidad de Eneas: En Lida, Pedro encuentra a Eneas, un hombre paralítico que llevaba ocho años en cama. Pedro le dice: «Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama.» Eneas es sanado inmediatamente, y muchos en Lida y Sarón se convierten al Señor.
La resurrección de Tabita (Dorcas): En Jope, una discípula llamada Tabita, conocida por sus buenas obras y actos de caridad, muere. Pedro es llamado, ora y le dice: «Tabita, levántate.» Ella resucita, y esto lleva a muchos en Jope a creer en el Señor.
Pedro permanece en Jope con Simón, un curtidor, preparando el escenario para los eventos del próximo capítulo.
Versículo clave de Hechos 9:
«Mas el Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.» Hechos 9:15
Este versículo contiene las palabras de Dios a Ananías, cuando le instruye a visitar a Saulo (más tarde conocido como Pablo) tras su encuentro con Jesús en el camino a Damasco. A pesar de la reputación de Saulo como perseguidor de cristianos, Dios lo había escogido como un instrumento clave para llevar el evangelio a los gentiles, reyes y al pueblo de Israel. Esto muestra que Dios puede transformar incluso a las personas más improbables en poderosos siervos para su gloria.
El llamado de Saulo nos recuerda que Dios no ve nuestro pasado como una barrera para su propósito. Él tiene un plan para cada uno de nosotros y nos llama a ser instrumentos de su gracia, independientemente de nuestras fallas o debilidades.
Oración:
Señor, gracias porque tú tienes el poder de transformar vidas y usarnos para tu gloria. Ayúdame a confiar en tu plan, incluso cuando parezca imposible. Que mi vida sea un instrumento útil en tus manos para llevar tu mensaje de salvación a quienes me rodean. Gracias por tu gracia que supera cualquier error de mi pasado. En el nombre de Jesús, Amén.