Juan 17:
Juan 17, conocido como la «Oración Sacerdotal,» revela el corazón de Jesús mientras media por sí mismo, sus discípulos y todos los creyentes futuros. Este capítulo resalta su deseo de unidad entre los creyentes, su confianza en el plan del Padre y su amor por la humanidad. Nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Dios, nuestra misión en el mundo y nuestra comunión con otros creyentes. La unidad y el amor genuino son fundamentales para reflejar a Cristo en el mundo.
La Oración de Jesús por Sí Mismo (Juan 17:1-5)
Jesús ora al Padre, reconociendo que ha llegado su hora de glorificarlo mediante su sacrificio en la cruz. Pide que el Padre lo glorifique con la gloria que tenía con Él antes de la creación del mundo. Declara que ha cumplido su misión, dando vida eterna a quienes el Padre le ha dado.
La Oración de Jesús por Sus Discípulos (Juan 17:6-19)
Jesús media por sus discípulos, quienes han creído en Él y han recibido su palabra. Pide al Padre que los guarde en su nombre para que sean uno, así como Él y el Padre son uno. También pide que los proteja del maligno y los santifique en la verdad, que es la palabra de Dios. Jesús reconoce que los envía al mundo, pero no son del mundo, al igual que Él no lo es.
La Oración de Jesús por Todos los Creyentes (Juan 17:20-26)
Jesús amplía su oración para incluir a todos los que creerán en Él a través del testimonio de los discípulos. Pide unidad entre los creyentes, que sean uno como Él y el Padre son uno, para que el mundo crea que el Padre lo envió. También desea que los creyentes vean su gloria y experimenten el amor que el Padre tiene por Él.
Versículo clave de Juan 17:
«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» Juan 17:3
En este versículo, Jesús define la esencia de la vida eterna como una relación personal con Dios. No se trata solo de una existencia sin fin, sino de conocer íntimamente al único Dios verdadero y a Jesús, el enviado del Padre. Este conocimiento no es meramente intelectual, sino experiencial, basado en una comunión viva y transformadora con Él.
Jesús enfatiza que la vida eterna comienza aquí y ahora, al entrar en una relación con Dios por medio de Cristo. Este conocimiento nos da propósito, paz y esperanza, y nos invita a vivir con una perspectiva eterna, poniendo a Dios en el centro de nuestras vidas.
Oración:
Señor, gracias porque a través de Jesús puedo conocerte y experimentar la vida eterna. Ayúdame a caminar cada día en comunión contigo, buscando tu presencia y viviendo conforme a tu voluntad. Que mi vida sea un reflejo de tu amor y una invitación para que otros también te conozcan. En el nombre de Jesús, Amén.