Juan 20:
Juan 20 celebra la victoria de Jesús sobre la muerte y la esperanza de la vida eterna para todos los que creen en Él. La resurrección confirma su identidad como el Hijo de Dios y asegura la fe de sus discípulos. Este capítulo nos desafía a vivir con fe, incluso sin haber visto físicamente a Jesús, y a proclamar con gozo que Él ha resucitado. Su paz y su presencia fortalecen nuestra vida y misión como creyentes.
La Resurrección de Jesús (Juan 20:1-10)
El primer día de la semana, María Magdalena va al sepulcro temprano y encuentra que la piedra ha sido removida. Corre a informar a Pedro y al discípulo amado (probablemente Juan). Ambos corren al sepulcro y ven los lienzos vacíos. Aunque no entienden completamente la Escritura sobre la resurrección, regresan a casa maravillados.
Jesús Se Aparece a María Magdalena (Juan 20:11-18)
María Magdalena se queda llorando junto al sepulcro y ve a dos ángeles sentados donde estaba el cuerpo de Jesús. Luego, Jesús mismo se le aparece, pero ella no lo reconoce hasta que Él la llama por su nombre: «¡María!» Jesús le dice que no lo toque porque aún no ha ascendido al Padre, pero la envía a informar a los discípulos que Él ha resucitado.
Versículo clave: «He visto al Señor» (Juan 20:18).
Jesús Se Aparece a los Discípulos (Juan 20:19-23)
En la tarde de ese mismo día, Jesús se aparece a los discípulos reunidos a puerta cerrada por temor a los judíos. Les dice: «Paz a vosotros,» les muestra sus manos y costado, y les da el Espíritu Santo diciendo: «Recibid el Espíritu Santo.» Les otorga autoridad para perdonar o retener pecados.
Jesús y Tomás (Juan 20:24-29)
Tomás, uno de los discípulos, no estaba presente cuando Jesús se apareció y duda de su resurrección, diciendo que necesita ver y tocar sus heridas para creer. Ocho días después, Jesús se aparece nuevamente, invita a Tomás a tocar sus heridas, y Tomás exclama: «¡Señor mío, y Dios mío!» Jesús lo bendice, pero también dice: «Bienaventurados los que no vieron y creyeron.»
Propósito del Evangelio (Juan 20:30-31)
Juan concluye diciendo que Jesús hizo muchas otras señales, pero estas se escribieron para que los lectores crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y que al creer tengan vida en su nombre.
Versículo clave de Juan 20:
«Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.» Juan 20:29
En este versículo, Jesús responde a Tomás, quien había dudado de su resurrección hasta que pudo verlo con sus propios ojos. Jesús le asegura que su fe es ahora completa al verlo, pero también proclama una bendición especial para quienes creen sin haber visto. Este pasaje enfatiza la importancia de la fe, que no se basa en evidencia física, sino en confiar en las promesas de Dios.
La resurrección de Jesús es el fundamento de nuestra fe cristiana y la garantía de la vida eterna. Su declaración aquí no solo fortalece a Tomás, sino que también nos anima a nosotros a creer plenamente en Él y a vivir con la esperanza de la resurrección y la vida eterna.
Oración:
Señor, gracias porque la resurrección que has hecho posible mediante el sacrificio de Cristo, es la garantía de nuestra esperanza y fe. Ayúdame a confiar en Ti, incluso cuando no pueda ver tus obras em los tiempos que pienso son los correctos. Enséñame también, Padre, a vivir cada día con la certeza de nuestra victoria sobre la muerte, como un testimonio de tu poder y amor. En El Nombre de Jesús, Amén.