Biblia Devocional en 1 Año: Lucas 10

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Lucas 10:

Lucas 10 nos llama a vivir en servicio, compasión y amor hacia Dios y el prójimo. La misión de los setenta refleja la urgencia de proclamar el Reino y confiar en la provisión de Dios. La parábola del buen samaritano nos desafía a mostrar misericordia sin prejuicios, mientras que la historia de Marta y María nos enseña a elegir la comunión con Dios como prioridad en nuestras vidas.

La Misión de los Setenta (Lucas 10:1-16)

Jesús envía a setenta discípulos de dos en dos a las ciudades que planea visitar, instruyéndolos a predicar el Reino de Dios y sanar a los enfermos. Les advierte que serán como “corderos en medio de lobos” y les pide viajar sin provisiones, confiando en la provisión de Dios. Les aconseja quedarse en las casas que los reciban con paz y a sacudir el polvo de sus pies en las ciudades que los rechacen. Jesús declara que aquellos que rechazan a sus enviados están, en realidad, rechazándolo a Él y al Padre que lo envió.

El Regreso de los Setenta (Lucas 10:17-20)

Los setenta regresan con alegría, maravillados de que los demonios se sometan en el nombre de Jesús. Jesús les responde que ha visto a Satanás caer y que les ha dado autoridad sobre todas las fuerzas del mal. Sin embargo, les recuerda que la mayor alegría debe provenir de que sus nombres están escritos en el cielo, subrayando que la verdadera recompensa es su relación con Dios.

Jesús se Regocija en el Espíritu Santo (Lucas 10:21-24)

Jesús se regocija en el Espíritu Santo y alaba al Padre por revelar las verdades del Reino a personas humildes en lugar de los sabios y entendidos de este mundo. Declara que solo aquellos a quienes el Hijo quiera revelarlo pueden conocer al Padre. Luego, dice a sus discípulos que son bienaventurados por ver y oír las cosas del Reino, privilegio que muchos profetas y reyes anhelaron sin experimentar.

La Parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37)

Un experto en la ley le pregunta a Jesús qué debe hacer para heredar la vida eterna. Jesús le responde con la ley: amar a Dios y al prójimo. Para justificarse, el experto pregunta quién es su prójimo. Jesús le cuenta la parábola de un hombre atacado por ladrones y dejado herido. Un sacerdote y un levita pasan de largo, pero un samaritano, considerado un enemigo, se detiene, cuida del hombre y paga por su recuperación. Jesús enseña que ser prójimo significa mostrar compasión, sin importar la procedencia.

Jesús en la Casa de Marta y María (Lucas 10:38-42)

Jesús visita a Marta y María en su hogar. Mientras Marta está ocupada sirviendo, María se sienta a los pies de Jesús para escuchar sus enseñanzas. Marta se queja de que su hermana no la está ayudando, pero Jesús le dice que María ha escogido “la buena parte” que no le será quitada, mostrando la importancia de priorizar la comunión con Él sobre las preocupaciones cotidianas.

Versículo clave de Lucas 10:

«Pero el Señor le respondió: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.» Lucas 10:41-42

Este pasaje ilustra la importancia de priorizar la presencia de Dios en nuestra vida. Jesús corrige suavemente a Marta, quien estaba preocupada por muchas tareas, mientras que María decidió sentarse a los pies de Jesús y escucharlo. Marta, con su carga de preocupaciones, representa la tendencia que muchos tenemos de distraernos con el afán de las responsabilidades, olvidando lo esencial: nuestra relación con Dios.

Jesús no minimiza el valor del servicio o la diligencia, sino que recuerda que lo más importante es pasar tiempo con Él. La «buena parte» que María escogió es la conexión directa y sincera con Cristo, la cual fortalece, da paz y sabiduría para todo lo demás en la vida.

Oración:

Amado Dios, ayúdame a recordar lo que es verdaderamente importante en la vida. Que pueda aprender a dedicar tiempo a Tu presencia, aún en medio de las preocupaciones y las tareas diarias. Que pueda elegir siempre la “buena parte” y encontrar en Ti paz, propósito y guía para todo lo que haga. En el nombre de Jesús, Amén.