Lucas 18:
Lucas 18 destaca temas de oración persistente, humildad, dependencia de Dios y fe. Nos desafía a vivir una vida de entrega, reconociendo que solo por Su gracia podemos heredar Su reino y experimentar Su poder transformador.
La Parábola de la Viuda y el Juez Injusto (Lucas 18:1-8)
Jesús enseña sobre la importancia de la persistencia en la oración. Relata la historia de una viuda que busca justicia de un juez que no teme a Dios ni respeta a los hombres. Por su insistencia, el juez finalmente atiende su causa. Jesús asegura que Dios hará justicia prontamente a Sus escogidos.
La Parábola del Fariseo y el Publicano (Lucas 18:9-14)
Jesús narra la historia de dos hombres que oran en el templo: un fariseo que confía en su propia justicia y desprecia a otros, y un publicano que humildemente clama por misericordia. Solo el publicano es justificado, pues Dios exalta a los humildes y rechaza a los orgullosos. La verdadera justicia proviene de la humildad y la dependencia de Dios.
Jesús y los Niños (Lucas 18:15-17)
Cuando traen niños para que Jesús los bendiga, los discípulos intentan alejarlos, pero Jesús los reprende y dice que el reino de Dios pertenece a quienes tienen un corazón como el de ellos: sencillo y confiado.
El Joven Rico (Lucas 18:18-30)
Un hombre rico pregunta a Jesús cómo heredar la vida eterna. Jesús le dice que venda todo lo que tiene, lo dé a los pobres y lo siga. El hombre se va triste porque era muy rico. Jesús enseña que las riquezas son un obstáculo para entrar en el reino de Dios, pero lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.
Jesús Predice Su Muerte y Resurrección (Lucas 18:31-34)
Jesús explica a sus discípulos que será entregado a los gentiles, burlado, azotado y crucificado, pero resucitará al tercer día. Los discípulos no comprenden estas palabras.
Jesús Sana a un Ciego en Jericó (Lucas 18:35-43)
Un ciego al borde del camino clama a Jesús llamándolo «Hijo de David». Aunque otros intentan silenciarlo, Jesús se detiene, lo sana y alaba su fe. El ciego lo sigue glorificando a Dios, y la multitud también da gloria.
Versículo clave de Lucas 18:
Pero Jesús les llamó, y dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. Lucas 18:16
En este versículo, Jesús revela la importancia de la humildad y la fe pura, características ejemplificadas por los niños. El reino de Dios no se gana con esfuerzos humanos ni logros personales, sino con un corazón sencillo y confiado que depende plenamente del Señor.
Al dar la bienvenida a los niños, Jesús nos enseña que todos somos valiosos ante Él, independientemente de nuestra posición o méritos. También nos desafía a vivir con la misma confianza y apertura hacia Dios que los niños muestran hacia sus cuidadores.
Oración:
Señor, dame un corazón humilde y lleno de fe, como el de un niño, para depender plenamente de tu gracia y amor. Ayúdame a acercarme a Ti con confianza y a reflejar tu bondad hacia otros. En el nombre de Jesús, Amén.