Lucas 5:
Lucas 5 presenta el llamado de Jesús a aquellos que parecían indignos a los ojos de la sociedad: pescadores, recaudadores de impuestos y pecadores. Su misión incluye sanar y perdonar, mostrando que Dios valora el arrepentimiento y la fe sobre las apariencias externas. Jesús enfatiza que su llegada marca un cambio, invitándonos a recibirlo con un corazón renovado y abierto a su gracia transformadora.
La Llamada de los Primeros Discípulos (Lucas 5:1-11)
Mientras Jesús predica a la multitud a orillas del lago de Genesaret, sube a la barca de Simón Pedro para enseñar desde allí. Después de hablar, le dice a Pedro que lance las redes al agua para pescar, a pesar de que no habían pescado nada durante la noche. Cuando Pedro obedece, las redes se llenan de peces al punto de casi romperse. Asombrado, Pedro cae a los pies de Jesús, reconociendo su propia indignidad. Jesús lo anima, diciendo que a partir de entonces será “pescador de hombres”. Simón Pedro, junto con Santiago y Juan, deja todo y lo sigue.
Sanidad de un Hombre con Lepra (Lucas 5:12-16)
En una ciudad, un hombre lleno de lepra se acerca a Jesús, rogándole que lo sane si quiere. Jesús, movido por compasión, extiende la mano y lo toca, sanándolo al instante. Jesús le pide que no cuente a nadie lo ocurrido, sino que se presente al sacerdote y ofrezca el sacrificio requerido por la ley de Moisés. Sin embargo, la noticia de sus milagros se difunde, y grandes multitudes acuden a Él. Jesús busca momentos para retirarse y orar en soledad.
Jesús Sana a un Paralítico (Lucas 5:17-26)
Un grupo de amigos lleva a un paralítico a Jesús, pero debido a la multitud, no pueden entrar en la casa donde Él está enseñando. Decididos, suben al techo, lo abren y bajan al paralítico frente a Jesús. Al ver su fe, Jesús le dice al hombre que sus pecados están perdonados. Los fariseos y maestros de la ley piensan que esto es blasfemia, ya que solo Dios puede perdonar pecados. Jesús responde demostrando su autoridad: le ordena al paralítico que se levante y tome su camilla. El hombre se levanta inmediatamente, causando asombro y alabanzas a Dios en todos los presentes.
Llamado de Leví (Mateo) y la Crítica de los Fariseos (Lucas 5:27-32)
Jesús llama a Leví (también conocido como Mateo), un recaudador de impuestos, para que lo siga. Leví deja todo y organiza un banquete en su casa en honor a Jesús, invitando a otros recaudadores de impuestos y personas marginadas. Los fariseos y escribas critican a Jesús por asociarse con “pecadores”. Jesús responde que Él vino a buscar a los pecadores, no a los justos, comparando su misión a la de un médico que necesita atender a los enfermos, no a los sanos.
La Pregunta sobre el Ayuno (Lucas 5:33-39)
Los fariseos cuestionan a Jesús sobre por qué sus discípulos no ayunan como los de Juan el Bautista. Jesús explica que mientras el “novio” está presente, es un tiempo de celebración, pero llegará el momento en que se les quitará y entonces ayunarán. Luego, usa las parábolas del remiendo nuevo en vestido viejo y el vino nuevo en odres viejos para ilustrar la necesidad de aceptar el cambio que su mensaje trae: no pueden aferrarse a prácticas antiguas sin aceptar el nuevo camino que Él ofrece.
Versículo clave de Lucas 5:
«Y cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.» Lucas 5:4-5
Este versículo destaca la obediencia de Simón Pedro ante la instrucción de Jesús, a pesar de haber pasado toda la noche sin éxito en la pesca. Aunque su experiencia le decía que no había peces, eligió confiar en la palabra de Jesús y lanzó la red nuevamente. La fe de Pedro resultó en una pesca milagrosa que desbordó las redes, enseñándonos la importancia de confiar en Dios, incluso cuando nuestras circunstancias parezcan insuperables.
Este acto de obediencia nos recuerda que la provisión y bendición de Dios llegan cuando confiamos en Él, aún cuando no entendamos Su propósito o el momento por el que estemos pasando. Jesús nos invita a «ir mar adentro» y confiar en Su dirección, mostrando que en Su palabra y promesas podemos hallar abundancia y propósito.
Oración:
Señor, ayúdame a confiar en Ti cuando no veo resultados, y a tener fe para seguir Tus instrucciones, aún en mis momentos de duda. Que mi vida refleje una obediencia profunda a Tu palabra y que, como Pedro, pueda ver la abundancia de Tu poder en cada área de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.