Marcos 9:
Marcos 9 revela tanto la gloria de Jesús como la naturaleza de su sacrificio. La transfiguración muestra Su divinidad, pero también indica el sufrimiento que debe enfrentar como Mesías. Además, los discípulos son desafiados a abandonar sus deseos de grandeza y a comprender el llamado al servicio, la fe y la unidad en la obra de Dios.
La Transfiguración de Jesús (Marcos 9:1-13)
Jesús lleva a Pedro, Santiago y Juan a un monte alto, y allí se transfigura ante ellos. Su ropa se vuelve resplandeciente, y aparecen Elías y Moisés, hablando con Él. Pedro, asombrado y sin comprender, sugiere hacer tres enramadas para honrar a Jesús, Moisés y Elías. Luego, una nube cubre el monte, y la voz de Dios declara: «Este es mi Hijo amado; a Él oíd» (Marcos 9:7). Los discípulos son instruidos a no hablar de lo sucedido hasta después de la resurrección, marcando la importancia del sacrificio de Jesús como Mesías.
La Curación de un Niño Endemoniado (Marcos 9:14-29)
Al bajar del monte, Jesús encuentra una multitud con los demás discípulos, quienes intentan, sin éxito, expulsar un espíritu de un niño. El padre del niño clama a Jesús, diciendo: «Si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos» (Marcos 9:22). Jesús responde: «Al que cree todo le es posible» (Marcos 9:23), y el padre exclama: «Creo; ayuda mi incredulidad» (Marcos 9:24). Jesús reprende al espíritu, y el niño queda sano. Este milagro destaca la importancia de la fe y la oración como medios de poder y dependencia de Dios.
Jesús Predice Su Muerte y Resurrección (Marcos 9:30-32)
Mientras viajan por Galilea, Jesús nuevamente anuncia a sus discípulos que será entregado, asesinado y resucitará al tercer día. Sin embargo, ellos no entienden sus palabras y temen preguntar, revelando la resistencia de sus corazones a aceptar el camino de sacrificio que Jesús debe tomar.
¿Quién es el Mayor? (Marcos 9:33-37)
Al llegar a Capernaúm, Jesús pregunta a los discípulos de qué hablaban en el camino, y ellos se avergüenzan, ya que discutían sobre quién sería el mayor en el reino. Jesús les enseña que el mayor debe ser el servidor de todos y coloca a un niño en medio, explicando que quien recibe a un niño en Su nombre lo recibe a Él. Con esto, Jesús redefine la grandeza como humildad y servicio a los demás.
La Aceptación de Otros Creyentes (Marcos 9:38-41)
Juan le cuenta a Jesús que vieron a alguien expulsando demonios en Su nombre y que lo impidieron porque no estaba entre ellos. Jesús les instruye a no impedirlo, diciendo que quien no está en contra de ellos, está a su favor. Esto muestra la amplitud de la obra de Dios y la importancia de valorar la fe genuina sin exclusivismo.
Advertencia Contra el Escándalo (Marcos 9:42-50)
Jesús da advertencias solemnes sobre causar tropiezo a los «pequeños que creen en Él». Dice que es mejor perder una parte del cuerpo que ser lanzado al infierno con todas las partes, enseñando la gravedad de los pecados que llevan a la condenación y la necesidad de una vida de pureza y consagración. Jesús concluye diciendo: «Tened sal en vosotros mismos, y tened paz los unos con los otros» (Marcos 9:50), animando a sus discípulos a vivir en paz y fidelidad.
Versículo clave de Marcos 9:
«Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.» Marcos 9:23
Este versículo, pronunciado por Jesús en respuesta al padre de un niño que buscaba sanación, subraya el poder de la fe y cómo puede transformar nuestras circunstancias. El padre del niño había pedido ayuda, diciendo «si puedes hacer algo…» (v.22), lo que reflejaba dudas sobre si Jesús realmente podía sanarlo. Jesús responde destacando que no se trata de su capacidad, sino de la fe del padre. En este sentido, Jesús recuerda que para el que cree en Él y confía en su poder, las posibilidades son infinitas.
Esta enseñanza no solo se refiere a la capacidad de recibir un milagro, sino también a vivir una vida confiada en que Dios tiene el control. La fe, como Jesús menciona, abre la puerta a experimentar el poder divino y la esperanza en medio de lo imposible.
Oración:
Señor, aumenta nuestra fe para que podamos ver tus maravillas aun en los momentos de duda y dificultad. Ayúdanos a creer con firmeza, confiando en tu poder y en tus promesas. Danos la valentía de enfrentar cada desafío sabiendo que contigo todo es posible. Que nuestra fe crezca y se fortalezca cada día, y que nuestra vida refleje tu gloria. En el nombre de Jesús, Amén.