Biblia Devocional en 1 Año: Mateo 10

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Mateo 10: El Llamamiento y la Misión de los Doce Apóstoles (Mateo 10:1-4)

En este capítulo, Jesús llama a sus doce discípulos, dándoles autoridad para expulsar espíritus inmundos y sanar toda enfermedad y dolencia. Los nombres de los apóstoles son Simón (Pedro), Andrés (su hermano), Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo (el publicano), Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote (quien lo traicionaría).

Instrucciones para la Misión (Mateo 10:5-15):

Jesús envía a los apóstoles con instrucciones claras. Deben ir primero a «las ovejas perdidas de la casa de Israel» (Mateo 10:6), no a los gentiles ni a los samaritanos. Deben predicar que «el reino de los cielos se ha acercado» (Mateo 10:7), sanar enfermos, resucitar muertos, limpiar leprosos y echar fuera demonios. Jesús les advierte que no lleven provisiones, ya que el obrero es digno de su alimento y deben confiar en la hospitalidad de quienes los reciban. En las ciudades donde no sean recibidos, deben sacudirse el polvo de los pies como testimonio contra ellos.

Persecuciones y Advertencias (Mateo 10:16-23)

Cristo les advierte que enfrentarán persecuciones: «He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos» (Mateo 10:16). Deben ser astutos como serpientes y sencillos como palomas. Serán entregados a las autoridades y llevados ante gobernantes, pero no deben preocuparse por qué decir, ya que el Espíritu Santo hablará por ellos. A pesar de la oposición, deben perseverar, confiando en que serán salvados si permanecen firmes hasta el final.

No Teman (Mateo 10:24-33)

El Señor exhorta a sus discípulos a no temer. Aunque enfrentarán adversidades, no deben temer a quienes pueden matar el cuerpo pero no el alma. Deben temer a Dios, quien tiene el poder sobre el alma y el cuerpo. Les recuerda que «hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados» (Mateo 10:30), asegurándoles que son valiosos a los ojos de Dios. Quienes confiesen a Cristo ante los hombres, serán confesados ante el Padre celestial.

Cristo Traerá División (Mateo 10:34-39)

Jesús también señala que su llegada no siempre traerá paz inmediata, sino división. Las personas se dividirán incluso dentro de sus propias familias por causa de su nombre. Quienes lo aman más que a sus familiares y quienes no toman su cruz para seguirlo no son dignos de Él. Finalmente, Jesús dice: «El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará» (Mateo 10:39).

Recompensas (Mateo 10:40-42)

Jesús concluye enseñando sobre las recompensas por recibir a sus discípulos. Quien recibe a un profeta o a un justo, recibirá la misma recompensa que ellos. Incluso dar un vaso de agua fría a uno de sus pequeños discípulos no quedará sin recompensa.

Versículo clave de Mateo 10:

«El que haya su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.» Mateo 10:39

Este versículo es clave porque encapsula la enseñanza de Jesús sobre el verdadero discipulado. Aquí, Cristo destaca el costo de seguirlo: una entrega total de nuestra vida, deseos y ambiciones. Aquellos que se aferran a su vida, buscando cumplir sus propios deseos, terminan perdiendo el propósito y el sentido eterno. Sin embargo, aquellos que están dispuestos a perder su vida por la causa del Señor, es decir, a rendirse completamente a Su voluntad y propósito, encontrarán la verdadera vida. Jesús nos llama a una vida de sacrificio, pero nos promete una recompensa eterna mucho mayor que cualquier sacrificio terrenal.

Este versículo nos enseña que el camino a la verdadera vida pasa por la entrega total a Cristo. Perder nuestra vida por Él significa vivir una vida abundante y con propósito.

Oración:

Señor, hoy venimos ante ti para rendir nuestras vidas por completo. Ayúdanos a entender que solo en ti encontramos el verdadero propósito y la plenitud de la vida. Danos el valor para dejar atrás nuestros propios deseos y ambiciones, y seguir tu voluntad. Que nuestra vida sea un reflejo de tu amor y tu gracia, siempre buscando tu propósito eterno. En El Nombre de Jesús, Amén.