Mateo 15: La Tradición de los Ancianos (Mateo 15:1-9)
Los fariseos y escribas vinieron de Jerusalén para confrontar a Jesús sobre por qué sus discípulos no seguían la tradición de lavar las manos antes de comer. Jesús les respondió cuestionando por qué ellos quebrantaban los mandamientos de Dios en favor de sus tradiciones. Cristo mencionó el mandamiento de honrar a los padres, que los fariseos desobedecían al permitir que las personas dedicaran sus bienes a Dios para evitar ayudar a sus padres. Citando a Isaías, Jesús los llamó hipócritas, ya que honraban a Dios con sus labios, pero sus corazones estaban lejos de Él.
Lo que Contamina al Hombre (Mateo 15:10-20)
Jesús explicó a la multitud que lo que entra por la boca no contamina al hombre, sino lo que sale de su corazón. Los discípulos le dijeron que los fariseos se ofendieron con su enseñanza, pero Jesús no se preocupó por eso y afirmó que ellos eran ciegos guiando a ciegos. Pedro le pidió al Señor que explicara la parábola, y Él dijo que lo que contamina al hombre son los malos pensamientos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y blasfemias, que salen del corazón.
La Fe de la Mujer Cananea (Mateo 15:21-28)
Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón, donde una mujer cananea clamó por misericordia, pidiéndole que sanara a su hija que estaba poseída por un demonio. Al principio, Jesús no respondió, y los discípulos le rogaron que la despidiera. Cristo explicó que había sido enviado solo a las ovejas perdidas de Israel. Sin embargo, la mujer insistió, y Jesús dijo que no era correcto tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros. La mujer respondió con humildad, diciendo que incluso los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. Admirando su fe, Jesús sanó a su hija.
La Alimentación de los Cuatro Mil (Mateo 15:29-39)
Jesús subió a una montaña cerca del mar de Galilea, y grandes multitudes vinieron a él, trayendo a los cojos, ciegos, mudos y muchos otros enfermos, a quienes Jesús sanó. Después de tres días con la multitud, El Señor tuvo compasión de ellos porque no tenían comida. Con siete panes y unos pocos peces, alimentó a cuatro mil hombres, además de mujeres y niños. Después de la comida, recogieron siete canastas llenas de lo que sobró, y despidió a la multitud antes de subir a la barca y viajar a la región de Magdala.
Versículo clave de Mateo 15:
«Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.» Mateo 15:18
Este versículo es clave porque Jesús está enseñando que la verdadera pureza no se mide por rituales externos o la observancia de reglas, sino por lo que hay en el corazón. Las palabras y acciones que provienen de nuestro interior reflejan quiénes somos realmente. Jesús enfatiza que lo que contamina al ser humano no es lo que entra en el cuerpo, sino lo que sale de él, ya que nuestras palabras revelan la condición de nuestro corazón.
El mensaje es claro: debemos cuidar lo que decimos y hacemos, ya que nuestras palabras y acciones son una expresión de lo que hay en lo más profundo de nuestro ser. Es necesario un corazón transformado por Dios para vivir de manera que refleje su amor y verdad.
Oración:
Señor, te pedimos que limpies nuestros corazones de todo lo que no es agradable ante tus ojos. Ayúdanos a hablar palabras que edifiquen y traigan vida, reflejando tu amor y tu bondad en todo momento. Que nuestras acciones y palabras provengan de un corazón lleno de tu Espíritu, para que podamos honrarte en todo lo que hacemos. Transforma lo más profundo de nuestro ser y guíanos a vivir conforme a tu voluntad. En El Nombre de Jesús, Amén.