Biblia Devocional en 1 Año: Mateo 16

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Mateo 16: La demanda de una señal (Mateo 16:1-4)

Los fariseos y saduceos pidieron a Jesús una señal del cielo para probar su autoridad. Jesús les respondió que ya sabían discernir el clima mirando al cielo, pero no podían entender las señales de los tiempos. Les recordó que la única señal que recibirían sería la «señal de Jonás», una referencia a su muerte y resurrección, y se fue de allí.

Advertencia sobre la levadura de los fariseos y saduceos (Mateo 16:5-12)

Mientras Jesús y sus discípulos cruzaban al otro lado del mar, los discípulos se dieron cuenta de que habían olvidado llevar pan. Jesús les advirtió sobre la «levadura» de los fariseos y saduceos, refiriéndose a su falsa enseñanza. Los discípulos inicialmente no entendieron y pensaron que Jesús hablaba de pan literal, pero él les recordó los milagros de la multiplicación de panes, aclarando que hablaba de la influencia corrupta de esos líderes religiosos.

Jesús predice su muerte y resurrección (Mateo 16:21-23)

A partir de ese momento, Jesús comenzó a hablar a sus discípulos sobre su próximo sufrimiento en Jerusalén, su muerte y resurrección al tercer día. Pedro, confundido y preocupado, intentó corregirlo, pero Jesús lo reprendió duramente diciendo: «¡Quítate de delante de mí, Satanás!», señalando que los pensamientos de Pedro no eran los de Dios, sino los de los hombres.

El llamado al discipulado (Mateo 16:24-28)

Jesús concluye el capítulo con un llamado al discipulado, diciendo que cualquiera que desee seguirle debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirlo. Aseguró que aquellos que buscan salvar sus vidas la perderán, pero aquellos que pierden su vida por causa de él la encontrarán. Terminó recordando a sus discípulos que la recompensa final vendría cuando él regresara con gloria en el futuro.

Versículo clave de Mateo 16:

«Pero volviéndose él, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.» Mateo 16:23

Este versículo es clave porque muestra el fuerte contraste entre la perspectiva de los hombres y la voluntad de Dios. Jesús reprende a Pedro porque, aunque Pedro tenía buenas intenciones al intentar proteger a Jesús del sufrimiento, su enfoque estaba en las preocupaciones humanas y no en el propósito divino. Cristo deja claro que para seguir el camino de Dios, es necesario tener una mente enfocada en los planes celestiales, no en los deseos o preocupaciones terrenales.

Este versículo nos recuerda que, aunque las intenciones humanas pueden parecer nobles, debemos siempre buscar alinearnos con los planes de Dios, que muchas veces están por encima de nuestra comprensión inmediata. Es una advertencia para no dejarnos llevar por nuestros propios deseos o temores, sino para buscar siempre la voluntad divina.

Oración:

Señor, te pedimos que nos ayudes a no caer en la trampa de los pensamientos humanos que nos apartan de tu voluntad. Queremos tener nuestra mirada puesta en las cosas de arriba, en tus propósitos eternos. Guíanos para que no seamos un tropiezo ni para nosotros mismos ni para los demás, y que podamos discernir siempre tu plan para nuestras vidas. En El Nombre de Jesús, Amén.