Biblia Devocional en 1 Año: Mateo 21

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Mateo 21:

Mateo 21 marca un punto crucial en el ministerio de Jesús, ya que su entrada triunfal en Jerusalén anuncia el cumplimiento de la profecía mesiánica. Su acto de purificación del templo y las parábolas que sigue contando revelan la corrupción de los líderes religiosos y su rechazo del mensaje de Dios. Jesús muestra su autoridad divina, no solo en sus enseñanzas y acciones, sino también en su disposición a confrontar abiertamente la injusticia religiosa.

La Entrada Triunfal en Jerusalén (Mateo 21:1-11)

Jesús se acerca a Jerusalén y envía a dos discípulos para que traigan un asno y su cría, cumpliendo la profecía de Zacarías 9:9: «Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre un asna, y sobre un pollino hijo de animal de carga». Jesús monta el asno y entra en Jerusalén mientras la multitud extiende sus mantos y ramas en el camino, clamando: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» (Mateo 21:9). La ciudad se conmociona por su llegada, preguntando quién es, y la multitud responde que es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.

Jesús Purifica el Templo (Mateo 21:12-17)

Jesús entra en el templo y expulsa a los mercaderes y cambistas, volcando sus mesas y sillas. Les dice: «Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones» (Mateo 21:13). Luego, sana a los ciegos y cojos que se le acercan en el templo. Los principales sacerdotes y escribas se indignan cuando ven las maravillas que hace y escuchan a los niños gritando en el templo, «¡Hosanna al Hijo de David!». Jesús les responde citando el Salmo 8:2: «De la boca de los niños y de los que maman, perfeccionaste la alabanza». Después de esto, sale de la ciudad hacia Betania.

La Maldición de la Higuera (Mateo 21:18-22)

Al regresar a la ciudad al día siguiente, Jesús tiene hambre y ve una higuera cerca del camino. Al acercarse, no encuentra fruto en ella, solo hojas. Entonces, maldice la higuera, diciendo: «Nunca jamás nazca de ti fruto». La higuera se seca inmediatamente. Los discípulos se asombran al ver lo rápido que se secó, y Jesús les dice: «De cierto os digo, que si tuvierais fe, y no dudareis… todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis» (Mateo 21:21-22).

La Autoridad de Jesús Cuestionada (Mateo 21:23-27)

Mientras enseña en el templo, los principales sacerdotes y ancianos se le acercan y preguntan con qué autoridad hace estas cosas. Jesús les responde con otra pregunta: «El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo o de los hombres?» (Mateo 21:25). Ellos discuten entre sí, sabiendo que si dicen «del cielo», Jesús les preguntará por qué no creyeron en Juan, pero si dicen «de los hombres», temen a la multitud que considera a Juan un profeta. Entonces responden que no saben, y Jesús les dice que tampoco les revelará con qué autoridad hace estas cosas.

La Parábola de los Dos Hijos (Mateo 21:28-32)

Jesús relata la parábola de dos hijos. El padre pide a ambos que vayan a trabajar en su viña. El primer hijo dice que no irá, pero luego se arrepiente y va. El segundo hijo dice que irá, pero no lo hace. Jesús pregunta cuál de los dos hizo la voluntad del padre, y ellos responden que el primero. Jesús explica que los publicanos y las rameras entrarán en el reino de Dios antes que los líderes religiosos, porque ellos creyeron en Juan el Bautista, mientras que los líderes no.

La Parábola de los Labradores Malvados (Mateo 21:33-46)

Jesús cuenta otra parábola sobre un hombre que plantó una viña, la arrendó a labradores y luego se fue. Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió a sus siervos para recibirlos, pero los labradores los golpearon y mataron. Finalmente, el hombre envía a su hijo, pensando que lo respetarían, pero los labradores lo matan también para apoderarse de la herencia. Jesús pregunta qué hará el dueño de la viña, y los oyentes responden que destruirá a esos labradores malvados y arrendará la viña a otros que le den los frutos a su tiempo. Jesús entonces cita el Salmo 118:22-23: «La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo…». Los principales sacerdotes y fariseos se dan cuenta de que Jesús está hablando de ellos y buscan la manera de arrestarlo, pero temen a la multitud que lo considera un profeta.

Versículo clave de Mateo 21:

«Y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.» Mateo 21:13

Este versículo es crucial porque Jesús, al entrar en el templo, expone la corrupción y el mal uso del lugar sagrado. Este acto de purificación del templo subraya el celo de Cristo por la santidad de la casa de Dios. La frase «Mi casa, casa de oración será llamada» enfatiza el propósito original del templo: un lugar dedicado al culto y la comunión con Dios, no para la explotación económica.

Jesús critica duramente a aquellos que convirtieron el templo en un «mercado», olvidando el sentido espiritual y sagrado del lugar. Este versículo nos recuerda que Dios desea corazones sinceros que le busquen en oración y en verdad, no espacios llenos de hipocresía o intereses personales. La integridad y la reverencia en la adoración son esenciales.

Oración:

Señor, te pedimos que purifiques nuestros corazones y nos ayudes a vivir con integridad, buscando adorarte en espíritu y en verdad. No permitas que nuestras vidas se llenen de distracciones o intereses egoístas, sino que sean un reflejo de tu santidad. Que tu casa, tanto en nuestros corazones como en nuestras comunidades de fe, sea siempre un lugar de oración y comunión contigo. En El Nombre de Jesús, Amén.