Romanos 5
Romanos 5 nos revela el increíble amor y gracia de Dios, quien nos ofrece paz, esperanza y reconciliación a través de Jesucristo. La comparación entre Adán y Cristo nos muestra que, aunque heredamos el pecado y la muerte de Adán, en Cristo encontramos justicia y vida eterna. Este capítulo nos anima a vivir confiados en la gracia de Dios, sabiendo que su amor es más grande que nuestro pecado, y que en Cristo tenemos una nueva identidad como justificados por la fe.
La Paz y la Esperanza por la Justificación (Romanos 5:1-5)
Pablo comienza afirmando que, al ser justificados por la fe, tenemos paz con Dios por medio de Jesucristo. A través de Él, hemos obtenido acceso a la gracia en la cual permanecemos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Incluso en medio de las tribulaciones, nos regocijamos porque sabemos que la tribulación produce paciencia, la paciencia prueba, y la prueba esperanza. Esta esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo.
Cristo Murió por los Impíos (Romanos 5:6-11)
Pablo explica la magnitud del amor de Dios al señalar que Cristo murió por nosotros cuando aún éramos débiles y pecadores. Pocos estarían dispuestos a morir por una persona justa, pero Dios demuestra su amor en que Cristo murió por nosotros cuando aún éramos pecadores. Ahora que hemos sido justificados por su sangre, seremos salvos de la ira venidera. A través de Jesús, hemos recibido la reconciliación con Dios.
Adán y Cristo: La Comparación Entre la Condenación y la Justificación (Romanos 5:12-21)
Pablo compara la entrada del pecado en el mundo por medio de Adán con la salvación que vino por medio de Cristo. Por el pecado de Adán, la muerte entró en el mundo y se extendió a todos los hombres, pues todos pecaron. Antes de la ley, el pecado ya existía, pero la ley lo hizo más evidente. Sin embargo, el don de la gracia de Dios en Cristo es mucho mayor que la ofensa de Adán.
La transgresión de Adán trajo condenación, pero el acto justo de Cristo trae justificación para vida eterna. Así como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, por la obediencia de Cristo muchos serán constituidos justos.
La Abundante Gracia de Dios (Romanos 5:20-21)
Pablo concluye señalando que la ley se introdujo para que el pecado abundara, pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. De esta manera, así como el pecado reinó para muerte, la gracia reina por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo.
Versículo clave de Romanos 5:
«Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.» Romanos 5:1
Este versículo resume una de las verdades más profundas del evangelio: la justificación por la fe. A través de la obra redentora de Jesús, somos declarados justos ante Dios, no por nuestras obras, sino por la fe en Él. Esta justificación nos otorga un regalo invaluable: la paz con Dios. Ya no vivimos bajo la condenación del pecado, sino en una relación restaurada con nuestro Creador.
La paz que obtenemos no es simplemente una ausencia de conflictos, sino una reconciliación profunda y eterna con Dios. Nos recuerda que, sin importar nuestras circunstancias, podemos tener seguridad y confianza en la obra de Cristo, quien nos ha dado acceso a Su gracia.
Oración:
Señor, gracias porque a través de la fe en Jesús puedo disfrutar de tu paz y vivir con la seguridad de que estoy justificado delante de Ti. Ayúdame a vivir cada día confiando en tu gracia y compartiendo esta paz con quienes me rodean. Que mi vida refleje la alegría y la esperanza de tu salvación. En el nombre de Jesús, Amén.