(Lee al final el estudio un devocional de Salmos 104. Esperamos sea de bendición para ti)
Salmo 104 – Himno a Dios Omnipotente y Señor de Todo.
El Salmo 104 es un cántico de alabanza a Dios como el Creador y Sustentador de toda la creación. En este salmo, el autor expresa su asombro y admiración por la grandeza y sabiduría de Dios manifestada en la naturaleza.
El salmo comienza con una exhortación a bendecir al Señor por su grandeza y majestuosidad. En los versículos 2 al 4, el autor describe a Dios cubierto de luz, rodeado de nubes y con el viento como sus mensajeros. Esta descripción evoca la imagen de Dios como el gobernante supremo sobre toda la creación.
En los versículos 5 al 9, el salmista alaba a Dios por la creación de la tierra y su orden establecido. Se mencionan las bases de la tierra, el establecimiento de los límites del mar y los manantiales que surgen en los valles. El autor destaca cómo Dios ha establecido un orden perfecto en la creación y cómo todo encaja en su plan divino.
El salmista continúa su alabanza a Dios en los versículos 10 al 18, centrándose en la provisión de agua y alimento para toda la creación. Se describe cómo Dios hace brotar los manantiales en los valles y los ríos que fluyen hacia los animales salvajes. También se menciona cómo Dios provee pasto para los animales y vegetación para el sustento del ser humano.
En los versículos 19 al 23, el salmista resalta la organización del tiempo y la sucesión de las estaciones, atribuyéndolas al cuidado y diseño de Dios. Se menciona el sol, la luna y las estrellas como señales de las estaciones y los ciclos del día y la noche. El autor reconoce que todo esto es obra de Dios y que la creación está perfectamente ordenada según su plan.
En los versículos 24 al 26, el salmista destaca la abundancia y diversidad de las criaturas marinas, reconociendo que todas ellas dependen de Dios para su sustento. El autor enfatiza cómo la variedad de las criaturas marinas refleja la sabiduría y el poder de Dios como Creador.
En los versículos 27 al 30, el salmista reconoce que todas las criaturas dependen de Dios para su sustento y que, cuando Dios retira su espíritu, mueren y vuelven al polvo. Sin embargo, el salmista también declara que cuando Dios renueva su espíritu, se renueva la faz de la tierra.
El salmo concluye con una exhortación personal del salmista a alabar al Señor mientras viva. En los versículos 33 al 35, el autor compromete su vida a la alabanza y adoración a Dios, reconociendo que toda la creación debe responder a la grandeza de su Creador.
En resumen, el Salmo 104 es un cántico de alabanza a Dios como el Creador y Sustentador de toda la creación. El salmista se maravilla ante la grandeza y la sabiduría de Dios manifestadas en la naturaleza. El salmo destaca cómo Dios ha establecido un orden perfecto en la creación, provee sustento a todas las criaturas y controla los ciclos del tiempo. El autor concluye con una exhortación a alabar al Señor mientras viva, reconociendo que toda la creación debe responder a la grandeza de su Creador.
Este Salmo nos enseña la importancia de reconocer y alabar a Dios como el Creador y Sustentador de toda la creación. Nos invita a maravillarnos ante la grandeza y la sabiduría de Dios manifestadas en la naturaleza que nos rodea. También nos recuerda nuestra dependencia de Dios para nuestro sustento y vida, y nos insta a vivir en alabanza y adoración a Él.
Devocional:
¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios. (Salmos 104:24)
Toda la Biblia señala que el Señor es nuestro Creador. Toda la naturaleza apunta al diseño inteligente de Dios. «Porque los atributos invisibles de Dios, tanto Su eterno poder como Su misma divinidad, se reconocen claramente desde el principio del mundo, percibiéndose a través de las cosas que han sido creadas» (Rom.1:20). Señalando las obras del Señor: «Tú extiendes los cielos» (v.2), «Tú estableces los cimientos de la tierra» (v.5), «He aquí el inmenso mar» (v.25), el salmista lo exaltó como Aquel que hizo «los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos» (Ex.20:11).
Ante la irremediable corrupción humana, Noé escuchó la triste sentencia del Creador para su generación: «Destruiré de la faz de la tierra al hombre que he creado, al hombre y a la bestia» (Gn.6:7). En su dolor y sufrimiento, Job fue confrontado con las palabras irrefutables del Creador: «¿Dónde estabas cuando puse los cimientos de la tierra?» «¿O quién cerró el mar con puertas?» (Job 38:4 y 8). El origen de toda vida fue declarado a Israel en forma de mandamiento irrevocable: «Acuérdate del día de reposo para santificarlo… porque en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos» (Éxodo 20:8 y 11). Ante la locura de su huida, el profeta Jonás confesó: «Soy hebreo y temo al Señor, el Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra» (Jon 1,9).
Cerrando los Evangelios, Juan declaró sobre Cristo: «En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por medio de él, y sin él no se hizo nada de lo que se ha hecho» (Jn 1,1-3). Confinado en una isla, privado de su libertad y lejos de sus hermanos, el mismo apóstol vio y escribió la revelación que declaraba: «Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe» (Ap.21:1). La Biblia comienza con el relato de la creación y termina con la promesa de la re-creación.
El salmista alaba al Dios Creador que cuida, sostiene, protege, redime y salva. Toda la creación se declara regida por las leyes del Maestro celestial. Por ello, deléitate en este día con la certeza de que el Señor todopoderoso que domina todo lo que existe y rige cada ley material que sostiene al mundo, Te conoce desde el vientre, sondea Tu corazón y escudriña Tus pensamientos. En amor cada uno de Tus pasos, para Él son conocidos y por ello nunca te dejará.
¡Feliz día, regocíjate hoy, alcanzado por el amor y la protección del dueño y Señor de TODO!
Oración: