(Lee al final el estudio un devocional de Salmos 68. Esperamos sea de bendición para ti)
Explicación Salmos 68
El Salmo 68 es un himno majestuoso y triunfal que exalta la soberanía de Dios, celebra Sus victorias y destaca Su cuidado de los vulnerables. Es un salmo de David, tradicionalmente asociado a la procesión del Arca de la Alianza a Jerusalén.
Clamor a la soberanía de Dios
El salmo se abre con una poderosa llamada a la acción de la misericordia y poder del Señor: «Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen». Estas palabras invocan la imagen de la presencia divina de Dios, simbolizada por el Arca, saliendo a conquistar y dispersar a Sus enemigos. Es una declaración de la autoridad de Dios sobre toda oposición.
Dios como Libertador
El salmista reflexiona sobre el papel de Dios como libertador de los oprimidos y vulnerables: «Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada». Este versículo retrata a Dios como protector y defensor de los marginados y necesitados. Destaca Su compasión y justicia.
El viaje del Arca
El salmo relata el viaje del Arca desde el monte Sinaí hasta el monte Sión. Describe vívidamente cómo Dios condujo a Su pueblo por el desierto, y la tierra tembló ante Su presencia: «La tierra tembló; También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel». Esta narración refleja la guía y el poder de Dios en la historia de Israel.
El triunfo de Dios
El salmo continúa con una declaración del triunfo de Dios sobre Sus enemigos: «Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste». Este versículo alude a la provisión de Dios para Su pueblo, refrescándolo en tiempos de necesidad y confirmando Su herencia.
La ascensión a Sión
El versículo 18 pasa a una declaración profética: «Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios». Este versículo se asocia a menudo con la ascensión de Cristo y los dones del Espíritu Santo. Subraya la idea de que la presencia de Dios es accesible a todos, incluso a los que en otro tiempo fueron rebeldes.
Una llamada a la alabanza
El salmista llama a las naciones a alabar a Dios: «Reinos de la tierra, cantad a Dios, Cantad al Señor». Se trata de una invitación universal a reconocer la soberanía de Dios y a ofrecerle adoración. Destaca que el dominio de Dios se extiende más allá de Israel para abarcar a todas las naciones.
Dios como refugio
El salmo presenta a Dios como refugio y protector: «Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación». Reconoce la continua provisión y salvación de Dios para Su pueblo, destacando Su fidelidad y cuidado.
Una procesión hacia el Santuario
El salmo concluye con la visión de una gran procesión hacia el santuario de Jerusalén: «Los cantores iban delante, los músicos detrás; En medio las doncellas con panderos». Esta procesión es una expresión de alegría y celebración, que simboliza el culto y la alabanza ofrecidos a Dios.
Salmo 68: Lecciones para hoy
El Salmo 68 nos recuerda la majestad, la soberanía y el cuidado de Dios por los más vulnerables. Celebra Sus victorias y subraya Su papel de libertador y protector. Nos llama a reconocer la autoridad del Señor sobre todas las naciones y a ofrecerle alabanza y adoración.
En un contexto contemporáneo, el Salmo 68 nos anima a confiar en Dios como nuestro refugio y libertador, especialmente en tiempos de adversidad. Nos invita a celebrar Su fidelidad y a reconocer Su continua provisión en nuestras vidas. Nos desafía a unirnos al coro universal de alabanza y a reconocer la presencia de Dios en nuestra adoración.
Que el Salmo 68 nos inspire a ofrecer a Dios la alabanza y la adoración que merece, celebrando Sus triunfos y buscando Su refugio en nuestra vida cotidiana. Que nos hagamos eco de la llamada del salmista a reconocer Su soberanía y a extender Su compasión a los más vulnerables de entre nosotros.
Devocional:
Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación. Selah (Salmos 68:19)
El Salmo 68:19 declara: «Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación». Estas palabras nos invitan a detenernos y reflexionar sobre las innumerables formas en que nuestro fiel Dios derrama Sus bendiciones sobre nosotros cada día.
«Cada día nos colma de beneficios»: ¡qué hermosa expresión del cuidado continuo de Dios! Cada mañana, nos despertamos en un mundo lleno de Sus dones: el aliento en nuestros pulmones, el calor del sol, la belleza de la creación y el amor de la familia y los amigos. Las bendiciones de Dios, grandes y pequeñas, fluyen sin cesar.
En nuestro viaje por la vida, a menudo nos encontramos con retos e incertidumbres. Sin embargo, en medio de ellos, Dios permanece inquebrantable en Su compromiso de bendecirnos. Sus beneficios van más allá de las provisiones materiales; abarcan Su gracia, misericordia, amor y guía. Cada día, Él nos equipa para afrontar las pruebas que se nos presenten.
«El Dios de nuestra salvación»: este título nos recuerda que Dios no sólo nos proporciona bendiciones diarias, sino que también es la fuente de nuestra salvación definitiva. A través de Su Hijo, Jesucristo, nos ofrece el don de la vida eterna, el perdón y la reconciliación. Esta salvación es el mayor beneficio de todos.
Hoy, dedica un momento a contar tus bendiciones diarias. Reflexiona sobre las alegrías sencillas, la bondad inesperada y las oraciones respondidas que has experimentado. Acepta la verdad de que los beneficios de Dios son renovados y abundantes cada mañana. Y, lo que es más importante, recuerda el increíble don de la salvación que Él ofrece mediante la fe en Jesús.
Demos gracias de todo corazón al Señor, que cada día nos colma de beneficios, y alegrémonos de Su papel como Dios de nuestra salvación. En Su fidelidad, encontramos motivos inagotables de gratitud y esperanza.
Oración:
Padre Celestial,
Venimos ante Ti con el corazón rebosante de gratitud por Tus abundantes bendiciones. Tú eres el Dios que diariamente nos colma de beneficios, y Te damos gracias por las innumerables formas en que derramas Tu amor y Tus provisiones sobre nosotros.
Ayúdanos, Señor, a reconocer y valorar los dones diarios que nos concedes, tanto grandes como pequeños. Abre nuestros ojos a Tu fidelidad inquebrantable en toda circunstancia.
Como Dios de nuestra salvación, Te damos gracias por el don inestimable de la vida eterna a través de Jesucristo. Que Su sacrificio esté siempre presente en nuestros corazones.
En Tu fidelidad perfecta, encontramos nuestra esperanza y alegría. En El Nombre de Jesús, Amén.