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Tito 2
Tito 2 nos enseña que la sana doctrina debe reflejarse en una vida práctica y ordenada, y que la gracia de Dios no solo nos salva, sino que también nos enseña a vivir santamente. Cada grupo en la iglesia —jóvenes, ancianos, mujeres, trabajadores— tiene un llamado específico, pero todos están unidos en la misma meta: reflejar a Cristo y esperar su regreso glorioso.
La enseñanza no es solo información; es transformación.
Enseñanza de la Sana Doctrina (Tito 2:1)
Pablo exhorta a Tito a enseñar lo que es conforme a la sana doctrina, es decir, aquello que refleja el carácter y el orden de vida que honra a Dios.
Instrucciones para los Diferentes Grupos en la Iglesia (Tito 2:2-10)
Ancianos (hombres mayores)
- Sobrios
- Serios
- Prudentes
- Sanos en la fe, en el amor y en la paciencia
Ancianas (mujeres mayores)
- Reverentes en su porte
- No calumniadoras
- No esclavas del vino
- Maestras del bien
- Que enseñen a las más jóvenes
Mujeres jóvenes
- Amar a sus maridos e hijos
- Ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa
- Buenas, sujetas a sus maridos
Para que la palabra de Dios no sea blasfemada (v. 5)
Jóvenes
- Ser prudentes
- Tito debe ser ejemplo en: buenas obras, pureza de doctrina, integridad, seriedad y palabra sana
Esclavos (trabajadores)
- Obedecer a sus amos
- Agradar en todo
- No ser respondones ni robar
- Mostrar buena fidelidad
Para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador (v. 10)
La Gracia de Dios y la Vida Piadosa (Tito 2:11-14)
Pablo afirma que la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, y esa gracia nos:
- Enseña a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos
- Nos guía a vivir sobria, justa y piadosamente en el presente siglo
Además, nos hace esperar la esperanza bienaventurada:
La manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Cristo se dio a sí mismo por nosotros para:
- Redimirnos de toda iniquidad
- Purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras
Instrucción Final (Tito 2:15)
Pablo anima a Tito a hablar, exhortar y reprender con toda autoridad, sin dejar que nadie lo desprecie.
Versículo clave de Tito 2:
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. Tito 2:11
Este versículo proclama la amplitud y el poder de la gracia de Dios. Pablo afirma que esta gracia no es exclusiva ni limitada: se ha manifestado para todos, ofreciendo salvación a la humanidad entera. Es una gracia que transforma, enseña, corrige y conduce a una vida piadosa, tal como se desarrolla en los versículos siguientes.
Este pasaje nos recuerda que la salvación no depende de nuestras obras, sino del favor inmerecido de Dios que se manifestó en Cristo Jesús. Y una vez recibida, esa gracia nos impulsa a vivir de manera santa, renunciando al pecado y esperando con gozo el regreso de nuestro Salvador.
Oración:
Señor, gracias por tu gracia que me alcanzó y me salvó. Ayúdame a vivir cada día en respuesta a ese amor inmerecido, rechazando lo que no te agrada y caminando en obediencia a tu voluntad. Que tu gracia siga moldeando mi vida y me prepare para el día glorioso de tu venida. En el nombre de Jesús, Amén.
