Biblia Devocional en 1 Año: Zacarías 4

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Zacarías 4: La Visión del Candelabro y los Dos Olivos

En Zacarías 4, el profeta tiene una visión de un candelabro de oro con un tazón en la parte superior y siete lámparas, cada una con siete tubos. Al lado del candelabro, hay dos olivos, uno a la derecha y otro a la izquierda (Zacarías 4:2-3). Esta imagen es rica en simbolismo y representa la provisión continua de aceite, que simboliza el Espíritu de Dios, para mantener las lámparas encendidas.

El Significado de la Visión (Zacarías 4:4-6)

Zacarías, perplejo por la visión, pregunta al ángel que lo acompaña sobre su significado. El ángel le explica que este candelabro y los olivos representan un mensaje para Zorobabel, el gobernador de Judá. La clave del mensaje está en las palabras: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos» (Zacarías 4:6). Este versículo subraya que la obra de reconstrucción del templo y el restablecimiento de la nación de Israel no se logrará mediante la fuerza humana, sino por el poder del Espíritu Santo.

La Promesa a Zorobabel (Zacarías 4:7-10)

El ángel continúa diciendo que Zorobabel, quien ha puesto los cimientos del templo, también lo terminará. Dios promete que la «gran montaña» que se interpone en el camino será hecha «llanura» (Zacarías 4:7), simbolizando la remoción de todos los obstáculos que impiden la reconstrucción. Cuando el templo sea completado, la «piedra principal» será colocada con gritos de «Gracia, gracia a ella» (Zacarías 4:7), indicando que todo el proceso ha sido y será por la gracia de Dios.

Además, se asegura a Zorobabel que no debe despreciar «el día de las pequeñeces» (Zacarías 4:10), es decir, los comienzos humildes de la obra, porque los «ojos de Jehová» están observando y se alegran en ver el progreso de la obra. Esto enfatiza que El Señor está presente en cada etapa del proceso, desde los inicios hasta la culminación.

Los Dos Olivos Explicados (Zacarías 4:11-14)

Finalmente, Zacarías pregunta sobre los dos olivos y el ángel revela que ellos representan «los dos ungidos» que están delante del Señor de toda la tierra (Zacarías 4:14). Estos ungidos son generalmente interpretados como Zorobabel y Josué, el sumo sacerdote, quienes son los líderes espirituales y políticos de la comunidad judía en ese tiempo. Estos dos líderes están empoderados por el Espíritu de Dios para guiar a su pueblo y llevar a cabo la obra de reconstrucción.

Versículo clave de Zacarías 4:

«No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.» Zacarías 4:6

Este versículo es fundamental porque revela la naturaleza del poder divino frente a las dificultades humanas. En el contexto de la reconstrucción del templo, Zorobabel enfrenta desafíos enormes, y El Señor le recuerda que la obra no se completará por la fuerza humana o por el poder militar, sino por el Espíritu suyo. Este versículo subraya que las obras de Dios no dependen de los recursos humanos, sino de su Espíritu omnipotente.

La frase «no con ejército, ni con fuerza» nos enseña que nuestras propias capacidades y esfuerzos son insuficientes sin la intervención del Espíritu Santo. Es una invitación a confiar plenamente en el poder de Dios, sabiendo que cuando Él obra, lo imposible se hace posible. Este versículo nos anima a dejar de lado la dependencia en nuestras fuerzas y a buscar la dirección y el poder del Espíritu en todas las áreas de nuestra vida.

Oración:

Señor, reconocemos que nuestras fuerzas y habilidades son limitadas, pero en ti encontramos todo lo que necesitamos. Ayúdanos a confiar no en nuestra propia fuerza, sino en tu Espíritu, que guía y sostiene nuestras vidas. Que no busquemos soluciones humanas, sino que pongamos toda nuestra confianza en ti, sabiendo que solo con tu Espíritu podemos lograr lo que parece imposible. Fortalece nuestra fe y haz que nuestras vidas sean un testimonio de tu poder y tu gracia. En El Nombre de Jesús, Amén.