Versículo:
Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. (Salmos 103:11-12)
Comentario:
Un Dios misericordioso y perdonador; así es como el salmista describe al Señor en el versículo de hoy. No importa cuánta gente diga que el Dios del Antiguo Testamento era implacable e insensible, la Biblia siempre presenta su esencia como amorosa.
Lo que el escritor sagrado nos muestra es que es imposible medir la extensión del cuidado y el amor de Dios; los elementos humanos disponibles en ese momento no eran suficientes para calcular y definir esta grandeza. Incluso hoy en día con toda nuestra tecnología sería imposible hacer esto, ya que el amor y la misericordia del Señor sólo pueden medirse en el corazón y el alma, y la ciencia se niega a entender tal fenómeno espiritual; por lo que es más fácil negarlo.
La lección más importante que encontramos en el texto es que el Señor no se preocupa ni se limita a las distancias; lo que quiere es encontrar en nosotros un deseo de ser alcanzado.
Cuando estemos dispuestos a vivir esta experiencia de entrega y servidumbre, dando al Señor la oportunidad de actuar en nuestras vidas, Él derramará Su misericordia sobre nosotros (leer Miqueas 7:18-19).
Oración:
Señor, gracias por bendecirme con Tu presencia y misericordia en mi vida.