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Versículo:
Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti. (Proverbios 2:1)
Comentario:
En el capítulo 2 de Proverbios, encontramos a Salomón, hijo de David y rey de Israel, en una conversación muy cercana con Dios, de hecho, vemos a Dios estrechando esta conversación en un tono muy amistoso. Este hecho es un registro muy interesante sobre la forma de contacto que el Señor desea mantener con sus siervos y con todos los que lo buscan.
Lo primero que me gustaría señalar es la intención de Dios al dejar claro que su propósito no era forzar a Salomón, ni a nadie, a una relación vinculante con Él.
El Señor comienza su conversación utilizando un término que, indica una forma condicional.
«Si recibieres mis palabras…«, por lo tanto, corresponde al hombre decidir si desea o no mantener un estrecho contacto con Dios; a partir de esa valoración y disposición, podrá disfrutar de Su presencia y ser dirigido a caminos de sabiduría y alegría espiritual.
Dios no desea seguidores desprovistos de entendimiento y voluntad propia; al contrario, el Señor se presenta y nos ofrece una vida plena en la que cuanto más vivamos a su lado, más desearemos vivir así.
No por ninguna imposición humana, religiosa o ritual, sino por la iluminación que proviene de la Palabra de Dios.
Oración:
Señor, que pueda cada día más cultivar una relación más cercana contigo, a través de los preceptos de Tu Santa Palabra. Amén
