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Venid, ved las obras de Jehová, Que ha puesto asolamientos en la tierra. (Salmos 46:8)
Comentario:
El salmista, en su relato de adoración y alabanza a Dios, sigue haciendo comparaciones sobre la actitud de los hombres y la acción perdurable del Señor. Es evidente para los siervos del Señor que toda la naturaleza y el esplendor de las cosas creadas son obras divinas.
Los hombres se empeñan en no reconocerlo, y más, casi inconscientemente, actúan en sentido contrario al cuidado de la naturaleza y del mundo en que vivimos. Si investigamos, encontraremos al hombre presente en las más terribles tragedias contra la naturaleza.
El salmista alaba a Dios y declara que es digno de ser adorado, y que su obra es refrigerio para el alma y belleza para los ojos; por eso, la invitación: «ved».
El escritor sagrado reafirma la capacidad divina de mantener todo bajo su control; esta es la garantía que tiene el siervo, será protegido y custodiado por su Señor.
En este verso encontramos la expresión «asolamientos», pero aquí tiene el sentido de «cosas extraordinarias», «maravillas»; así, el salmista dimensiona la capacidad de la acción de Dios. No tiene límites, ¡nosotros sí!
Quiero, como el salmista, alabar al Señor, porque Él es más grande que cualquier cosa que el hombre pueda hacer.
Oración:
Señor, gracias por las grandes maravillas que realizas en mi vida y en la de aquellos a mi alrededor, que son testimonio de Tu poder sin límites. Amén.
