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Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. (Mateo 6:10)
Comentario:
Jesús continúa su guía sobre cómo debemos dirigirnos a la persona de Dios y acercarnos a Él a través de nuestra oración sincera y sin intermediarios.
En el versículo 10, nos muestra que debemos pedir al Señor que nos llene de su perspicacia espiritual mientras pedimos que su reino se establezca en nuestros corazones. Esto implica comprender todo lo que Dios desea para aquellos que le siguen.
Cuando no comprendemos el alcance y la dimensión del Reino de Dios y sus implicaciones espirituales en nuestra vida, corremos el riesgo de acabar perdiendo la oportunidad, al igual que los judíos, de vivir una vida plena en Cristo. Los compatriotas de Jesús, herederos de las Leyes de Dios, sólo querían ver la guerra humana entre las naciones, por lo que querían un Cristo guerrero y general de las batallas.
Sin embargo, el mensaje del Ungido de Dios vino a llevar a los corazones a un verdadero encuentro con la persona de Dios, la guerra era espiritual. Conocer y establecer la voluntad de Dios es unir la realidad humana (la tierra) con los propósitos divinos (el cielo) para los hombres. Dios desea que le conozcamos para que podamos vivir en este mundo en la misma dirección que él tiene para nosotros en la eternidad.
Busca conocer a Dios y su voluntad, incluso en este mundo; ¡descubrirás las inmensas bendiciones que Él tiene preparadas para aquellos que le encuentran, aceptan y sirven!
Oración:
Señor, que abra mi corazón y mi espíritu a conocerte y a redirme a Tu voluntad, de forma que pueda servirte y alabarte de manera plena, hallando en ese camino Tus inmensas bendiciones.
