Versículo:
Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. (Salmos 29:1-2)
Comentario:
Los escépticos atribuyen el éxito al azar, a la coincidencia, a las circunstancias, a la suerte.
Los poderosos lo atribuyen a la cuna en la que nacieron, al nombre, apellido, casta, dinastía, raza, color, formación.
Los ricos atribuyen al dinero, las reservas monetarias, las cuentas bancarias, las tarjetas de crédito, las propiedades.
Los científicos atribuyen a la educación, la preparación académica, los títulos, los doctorados, los post-doctorados, el número de trabajos publicados.
Los atributos militares al poder bélico, a la sofisticación de los medios modernos de destrucción, a las medallas, al coraje.
Los orgullosos se atribuyen a sí mismos, a su éxito, a su creatividad, a su autoestima, a su visibilidad.
¿Y los hijos de Dios? Los hijos de Dios, conscientes de la gloria del Señor y de su inferioridad, atribuyen al Señor sólo la gloria y la fuerza. Y adoran al Señor en el esplendor de su santuario.
Oración:
Señor, entrego mis circunstancias, mis victorias y mis lecciones a Tu gloria y voluntad,