Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores. Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro. (Salmos 6:6-8)
Debemos tener presente que en cualquier situación que transitemos estaremos expuestos a aquellas fuerzas que quieren sembrar en nuestra mente pensamientos de incapacidad, de fracasao y de derrota. Ya sea a través de personas o eventos que escapan de nuestro control, encontraremos pesos que buscarán desmotivarnos, quitarnos la fe y la esperanza, sembrar en nosotros la negatividad, incluso al despertarnos.
De alli que resulta imprescindible descansar en una gran verdad: Hemos sido redimidos a través de Cristo para poder sobreponernos a cada uno de esos patrones negativos. Ese capacidad reside en nosotros, y está allí, latente pero esperando ser despertada.
Por ello, levántate hoy y sigue adelante, despierta la capacidad con la que Dios te ha bendecido, confiando en Su misericordia y en Su poder. Recuerda que mientras caminemos de la mano de nuestro Padre, podremos resistir cualquier ataque y vivir victoriosamente hoy.