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Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (Jeremías 33:3)
Si tan solo experimentáramos el gran poder que tiene la oración. Ese momento donde con profunda Fe, nos arrodillamos y vamos a los pies de Dios, con reverencia y sincero arrepentimiento.
Entonces Dios nos escucha y toma en sus manos todas las cargas que nos afligen, nos hacen perder el sueño, nos entristecen y muchas veces, nos hacen perder la Fe. Oremos a Dios, dejando en el, todas nuestras cargas