Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Génesis 1:2
César tomó todos los medicamentos que pudo encontrar en el gabinete. Criado en una familia rota y desordenada, su vida era un caos. Su padre solía abusar de su madre, hasta que se quitó la vida. Ahora. César quería «simplemente terminar» con la suya. Pero, de pronto, pensó: ¿Adónde iré cuando muera? Por la gracia de Dios, no murió ese día. Y más tarde, tras estudiar la Biblia con un amigo, recibió a Jesús como su Salvador. Parte de lo que lo llevó a Dios fue ver la belleza y el orden de la creación: Dijo: «Veo cosas que son simplemente hermosas. Alguien hizo todo esto».
En Génesis 1, leemos del Dios que de verdad creó todo. Y aunque «la tierra estaba desordenada» (v. 2), trajo orden de ese desorden. «Separó Dios la luz de las tinieblas» (v. 4), puso la tierra entre los mares (v. 10), e hizo las plantas y los animales según su «género» (vv. 11-12, 21, 24-25). Aquel que «creó los cielos y la tierra y puso todas las cosas en su lugar» (Isaías 45:18) continúa haciéndolo. Tal como descubrió César, Dios trae paz y orden a quienes se entregan a Cristo.
La vida puede ser caótica y desafiante. Pero el Señor «no es Dios de confusión, sino de paz» (1 Corintios 14:33). Clama al Señor hoy y pídele que te ayude a descubrir la belleza y el orden que solo Él da.
Reflexiona y ora
¿Qué caos estás experimentando en tu vida? ¿Cómo puede Dios ayudarte a poner orden y paz en esa situación?
Dios creador, te alabo porque, en ti, lo roto se vuelve bello.