El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos. (Proverbios 16:9)
El plan de Dios es mejor que el nuestro siempre. Podemos rechazarlo y asemejarnos a una maleza mal ubicada en una plantación diferente, o aceptarlo y convertirnos en plantas fructíferas de su huerto. La elección es nuestra, confiemos en sus planes, pues son ellos los más altos.
Señor, ayúdame a ver tu plan para mí hoy y cumplirlo. Que pueda florecer siempre, en los campos donde Tu voluntad ordene plantarme. Confío en Ti Padre. Amén.