(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Palabra:
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Romanos 8:15)
En el vesículo de hoy, el apóstol Pablo nos reafirma, la hermosa manera en que Dios nos ha querido entregar Su amor; nada más y nada menos que adoptándonos como hijos y siendo para cada uno de los que le siguen, El mejor Padre que todo hombre o mujer podría tener.
Si cada día, tuvieramos presente aunque sea un instante, las maravillas que nuestro Padre de los cielos ha dispuesto gratuitamente por amor y misericordia en nuestras vidas, nuestros pasos serian más leves y nuestras cargas mucho menos pesadas.
Por ello aqui te recuerdo algunas, de entre las infinitas bondades, que El Señor, como buen Padre, nos ha concedido; para que sepas que no caminas sola sino de la mano de aquel que todo lo conoce y que todo lo puede:
– Tu Padre bueno quiere lo mejor para ti. Sí, a veces eso puede significar que te disciplina, porque eso es lo que hace un buen padre para ayudarte a aprender y a crecer.
– Tu buen Padre te cuida. Hace todo lo que puede para protegerte, día tras día.
– Tu buen Padre se deleita en ti. Disfruta con tu risa. Se complace en que te regocijes en todo lo que te proporciona, desde el mundo que ha creado hasta los amigos y la familia que te ha dado. ¡Disfrútalo todo!
– Tu Padre bueno perdona. No se apartará disgustado. No se apartará en absoluto. Él te perdona y te ofrece una multitud de oportunidades para que tu vida sea correcta, incluso mientras te enseña y te guía.
Nunca debes tener miedo de tu Padre bueno; de hecho, puedes ser valiente y valerosa sabiendo que eres hija de tu Padre y que te ama más de lo que puedes imaginar.
Oración:
Señor, gracias por ser un Padre amoroso, misericordioso y bueno, que me cuida, me guía y me protege, aún en medio de mi imperfección, en todas las dificultades y obstáculos de la vida. Manténme siempre en Tu presencia, Padre, Te Lo pido, En El Nombre de Jesús, Amén.
Resumen de Romanos 8
Romanos 8 es uno de los capítulos más alentadores de la Biblia, donde Pablo declara la libertad que los creyentes tienen en Cristo. Enseña que no hay condenación para los que están en Cristo, ya que el Espíritu Santo les da vida y los libera del pecado. Pablo describe la adopción como hijos de Dios, asegurando que ya no son esclavos del temor, sino herederos de las promesas divinas. El capítulo concluye con la seguridad del amor inquebrantable de Dios, que nada puede separar a sus hijos de Él.
Referencias cruzadas de Romanos 8:15
- Gálatas 4:6
«Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!» - 2 Timoteo 1:7
«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.» - Juan 1:12
«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.»