El motivo de nuestra esperanza

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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.

Desfallece mi alma por tu salvación, Mas espero en tu palabra. (Salmos 119:81)

Hay situaciones de la vida que nos llevan a pensar: ¿hasta cuándo, Dios? ¿Cuánto más tengo que esperar? Parece que así se sentía el autor del Salmo 119 cuando escribió: «Desfallece mi alma por tu salvación, Mas espero en tu palabra.» (v. 81). Algo estaba provocando una angustia sin igual en su vida, pero decidió acudir a la fuente de esperanza, la Palabra de Dios.

Cuando las circunstancias que vivimos nos empujan al desaliento, tenemos que escoger dónde poner la esperanza. Este hombre estaba en el banco de la paciencia, su vida detenida. ¡Tan parecido a nuestras vidas ahora mismo ante una pandemia! No obstante, estaba seguro de que la palabra de Dios es eterna, que va más allá del día de hoy y, sobre todo, comprendió que la Palabra de Dios nos sostiene y nos da vida.

Pero no es una fórmula mágica. No se logra nada con dejar la Biblia abierta sobre la mesa de noche o cubrir las paredes con versículos bíblicos. Es una cuestión del corazón, por decirlo de alguna manera. Para que la Palabra de Dios se convierta en nuestra fuente de esperanza es necesario conocerla, aprenderla, atesorarla y, sobre todo, pedirle al Espíritu Santo que abra nuestros ojos a Su verdad, tal y como indica el versículo 18. Cuando nuestra mente se llena de la Palabra de Dios, tenemos una provisión de la que nos nutrimos constantemente, un tesoro que nadie nos puede quitar.

Varios siglos después Pablo lo reafirmó con su pluma mientras escribía a los cristianos de Roma: Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. (Romanos 15:4). Sí, la Palabra de Dios es un caudal de esperanza que Él nos ha regalado, pero ningún regalo es útil guardado en un rincón. Tenemos que darle el uso necesario. Así podremos decir junto con el salmista: Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque son el gozo de mi corazón. (Salmos 119:111)

Tal vez hoy te sientes como este salmista, ¿hasta cuándo, Señor; cuándo terminará esta situación? Esa pregunta una y otra vez regresa a tu mente. No tengo respuesta, pero hay algo que sí puedo decirte con certeza: haz de la Palabra de Dios tu esperanza. Mira el versículo 114: Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque son el gozo de mi corazón. Mientras la vida parezca estar en pausa, aférrate a la esperanza que se encierra entre Génesis y Apocalipsis porque todo lo demás de este mundo es pasajero, pero Dios y Su Palabra son eternos.

Oración diaria: Señor, si caigo en la desesperación y en medio de la duda o el temor, se tambalea mi fe, rescátame y hazme recordar que en el mundo todo es pasajero y Tu por el contrario mediante Tu Espíritu y Tu Palabra, eres perfecto y eterno.

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del Capítulo – Salmos 119

El Salmo 119 es el más largo de la Biblia, con 176 versos. Su autor es desconocido, pero muchos creen que fue escrito por David, Esdras o Daniel. Nos dice que la palabra de Dios es la verdad más profunda y que ayuda en todos los momentos difíciles de nuestra existencia.

En casi todos los versos se hace esta alusión a la Palabra de Dios. El Salmo 119 afirma que ella refleja el carácter del Señor mismo y en consecuencia es ella el modelo que debe dirigir nuestras vidas, para reflejar tal carácter.

Referencias cruzadas por término – Salmos 119:81:
Desfallece mi alma por tu salvación:

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12

Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16:31

En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación. Salmo 62:1

Mas espero en tu palabra:

Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová. Salmo 27:14

Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. Salmo 37:7

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Salmo 42:11

Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Romanos 8:25

La esperanza de los justos es alegría; Mas la esperanza de los impíos perecerá. Proverbios 10:28