Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría. (Judas 1:24)
Todos los días, enfrentamos tentaciones (incluso, enseñanzas falsas) que buscan desviarnos, confundirnos y estancarnos, y no depende de nosotros mantenernos en pie. ¡Qué alentador es saber que, cuando nos callamos en lugar de hablar enojados, u optamos por la honestidad en vez del engaño, o decidimos amar en lugar de odiar o escogemos la verdad en vez del error, experimentamos el poder de Dios para seguir en pie (Judas 24)! Además, cuando Dios nos apruebe tras el regreso de Cristo, nuestra alabanza actual por su gracia sustentadora hará eco para la eternidad (v. 25).
Padre, gracias por cuidar constantemente de nuestras almas. Amén.