Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Mateo 7:8)
Ante una circunstancia apremiante, podemos en medio de la duda, dejarnos llevar por suposiciones; podemos especular o intentar dilucidar por nuestros propios medios el camino a la solución. Sin embargo, no debemos olvidar que tarde o temprano, llegaremos a manos de Dios, para encontrar esa luz al final del túnel, que nos lleve nuevamente a la seguridad y paz que Él promete para sus hijos.
Si te ha ganado la duda, Preséntate ante el Señor y descubre exactamente lo que Él quiere que hagas. No decidas por ti mismo para luego pedirle a Dios que bendiga tus planes. Ve a Él y dile: “Señor, ¿cuáles son Tus planes?” Tus planes ya están bendecidos, y si los sigues, Tu victoria estará garantizada.
Quien quiere y busca a Dios de corazón, sin duda que lo encontrará.
Señor, que delante de mis decisiones esté siempre Tu guía para llevarme al camino más provechoso, conforme a Tu voluntad. Que al frente de cada paso que dé, esté Tu mano dispuesta a levantarme si el recorrido el vacío de una adversidad, intente hacerme caer.