Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; El nos guiará aun más allá de la muerte. (Salmos 48:14)
Es reconfortante creer que Dios ha prometido guiarnos mientras estemos en esta Tierra. Nunca estamos solos porque Él siempre está con nosotros. Él siempre nos está cuidando.
A medida que desarrollas tu capacidad de «escuchar» a Dios, debes recordar que la guía divina es una de las principales formas en que Él habla. Forma un hábito espiritual de reconocer a Dios en todo lo que haces, pidiendo Su guía y luego creyendo por fe que la tienes.
Hoy iré de compras y le pediré a Dios que me guíe. Él a lo mejor me lleve a una tienda donde estén en oferta, o mientras estoy fuera, Él pudiera guiarme de tal manera que conozca a alguien que necesite aliento. Confío en que mis pasos son ordenados por el Señor (ver Salmo 37:23). Yo confío en Dios para me lleve a lo que necesito comprar y para que me ayude a no comprar cosas que no necesito. Lo quiero involucrado en todo lo que hago y espero que tú también lo hagas.
En mi ministerio de enseñanza, a menudo experimento la guía divina. Estudio y preparo lo que creo que voy a decir, pero a menudo cuando comienzo a hablar me encuentro guiada por Dios en una dirección diferente a la que había planeado. Él sabe lo que las personas necesitan escuchar en mis reuniones y es mi trabajo dejar que Él tome la iniciativa.
Te animo a recordar que escuchar de parte de Dios a menudo puede parecer bastante natural. No busques experiencias sobrenaturales, sino busca la guía divina de Dios. Su Espíritu está en ti y se deleita en participar en todas tus actividades. Hagas lo que hagas hoy, o donde sea que vayas, espera que Él te guíe.
Palabra Diaria: Señor, Gracias por acompañarme y guiarme en cada uno de los pasos que doy. Que sea permanente en mi vida, la promesa de Tu presencia y cuidado en cada acción que emprenda.