Palabra:
Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. (Salmos 31:14)
Nuestras necesidades materiales son tantas y tan urgentes, que corremos el riesgo de dejar a un lado nuestras necesidades espirituales. Debemos reconocer que no somos autosuficientes, ya que no están dentro de nosotros la fuerza y el vigor para enfrentar y superar las adversidades de la vida.
Así como necesitamos alimentar nuestro cuerpo también es necesario que alimentemos el espíritu, por lo que debemos buscar el equilibrio. Dios conoce bien todas nuestras necesidades. Él sabía que nuestra mayor necesidad sería el perdón de nuestros pecados, por lo que sació esa necesidad enviando a Jesús quien, con su muerte en la cruz y su resurrección, nos dio el perdón y la vida eterna.
No te alejes de Dios por causa de las necesidades materiales. Al contrario, busca en él la fuerza para enfrentarlas y superarlas. Él está contigo hoy y siempre.
Palabra Diaria: Gracias, Señor, porque estás siempre presente en mi vida. Perdóname por las muchas veces que me alejé de ti buscando solamente saciar mis necesidades materiales y fija mis ojos en perseguir Tus bienes espirituales que son los más altos y los más necesarios para mi vida.