«Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra. Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras. El mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los montes, y humean. A Jehová cantaré en mi vida; A mi Dios cantaré salmos mientras viva. Dulce será mi meditación en él; Yo me regocijaré en Jehová» (Salmos 104:30-34)
!!Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti. (Jeremías 32:17)
Como lo reflejan las escrituras de hoy, piensa en tu último regocijo, como producto de todo el obrar del Señor en tu vida, las bendiciones de las que te ha hecho dueño y de todo el bien que ha posado en ella. Alaba con gracia a Dios y no olvides notar la maravillosa creación que te rodea, los cielos, mares, animales, estrellas, luna, sol; todo lo creado y declarado como obra del Señor, en Su perfección y gracia incomparables:
Regocíjate en la belleza de todo lo que te rodea y sustenta,
Regocíjate en la risa de un niño, en la sabiduría de un anciano,
Regocíjate en lo simple y lo complejo,
Regocíjate en aprender de lo discreto y lo extraordinario,
Regocíjate y celebra que eres hijo de Dios,
Porque lo único de lo que tenemos garantía, es que el Señor nos regalará otro día de existencia para disfrutar en Él de tan maravillosos privilegios.
Palabra diaria: Señor, me deleito por la maravillosa creación que me regalas. Guíame a disfrutarla al máximo cada día, viviendo en Tu Fe, sabiendo que no conozco todo lo que vendrá pero confiando en que puedo continuar porque descanso en Tu cuidado.