Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado. Hechos 9:17-18
¿Le gusta ir a lo seguro, o prefiere tomar riesgos? A muchos cristianos no les gusta arriesgarse porque el resultado es incierto y puede implicar pérdidas. Desde un punto de vista humano, eliminar el daño potencial tiene sentido. Pero para los cristianos, la incertidumbre forma parte del andar por fe. Hay momentos en los que la obediencia puede parecernos arriesgada, pero desde la perspectiva de Dios no existe el peligro, ya que Él lo controla todo y nunca deja de cumplir sus propósitos.
La Biblia habla de personas que obedecieron al Señor en situaciones impredecibles. Uno de ellos fue Ananías, un discípulo enviado por Dios para ministrar al recién convertido Saulo. Ananías arriesgó su vida al visitar a este notorio enemigo del cristianismo. También Saulo vivió en peligro después de su conversión, al predicar en obediencia el mismo evangelio al que antes se había opuesto. Al enfocarse en Dios, su carácter y sus promesas, estos dos hombres obedecieron a pesar de la incertidumbre, y fueron usados por el Señor en gran medida.
¿Dónde le está llamando Dios a confiar en Él? Recuerde que cada vez que se enfrente a un riesgo, es una oportunidad de experimentar la fidelidad del Señor.
Señor, enséñame a caminar por fe, confiando en ti en medio de la incertidumbre. Ayúdame a obedecer tu llamado, incluso cuando parece arriesgado desde mi perspectiva humana. Sé que tú lo controlas todo y siempre cumples tus propósitos. Fortalece mi corazón para que pueda enfocarme en tu carácter y tus promesas, sabiendo que cada paso de fe es una oportunidad para experimentar tu fidelidad. En El Nombre de Jesús, Amén.