Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes. (Deuteronomio 11:18-19)
Esperar la dirección de Dios cada día es algo que tal vez tendrá que obligarse a hacer al principio, pero a través de la práctica se volverá natural empezar su día de esta manera. Los nuevos hábitos se forman siendo constantes. Buscar primero a Dios por las mañanas pronto será algo de lo que usted no podrá prescindir.
Cuando Dios quería que Su pueblo recordara algo, Él les pedía que lo escribieran. Tal vez tendrá que poner recordatorios de buscar al Señor en varios lugares de la casa para llevar a cabo su nueva intención; pero sea constante en buscar a Dios primero cada día y Él hará que sus caminos sean exitosos (vea Josué 1:7–9).
Señor, que sea buscarte, lo primero al levantarme, apreciando cada nuevo día que me das, de vivir para honrarte y servirte, cómo el más grande regalo que debo valorar y agradecer, siguiendo siempre Tus caminos de bendición. En El Nombre de Jesús, Amén.