Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día. Salmo 25:4-5
El futuro es un sendero no transitado con curvas y desviaciones complejas. Las actividades interesantes pueden ser desvíos que nos alejan del Señor, y las filosofías atrayentes son caminos que a menudo terminan en un fango de pensamientos confusos. Incluso la mejor ruta no son solo prados soleados y tranquilos. A veces viajaremos por terrenos accidentados o por valles oscuros. La única manera de estar seguros de que estamos caminando por la senda correcta es seguir a alguien que conoce el camino.
Dios es nuestro Guía perfecto para la vida, el cual nos creó con amor y con un propósito para este tiempo y lugar. Él vela por nuestros pasos y nos enseña sus caminos tal y como se revelan en su Palabra. Además, Él es el Consolador, que promete caminar a nuestro lado para que nunca enfrentemos solos los desafíos de la vida
El Señor conoce el camino que usted tiene ante sí, y si se entrega a Él y lo reverencia, Él le dará instrucciones acerca de la senda que debe elegir. Gracias a que Dios ve todos los obstáculos desalentadores y todas las tentaciones que nos atrapan, quiere proteger sus pasos para que no tropiece en el camino. Decida confiar en Él y busque su voluntad en lugar de lo que podría hacerle sentir bien o parecerle correcto. Entonces estará en camino al destino de la bendición.
Señor, te pido que me guíes por tus sendas y me muestres el camino correcto. Tú conoces mi futuro y los desafíos que encontraré, y confío en tu sabiduría para tomar las decisiones correctas. Enséñame a discernir entre lo que parece atractivo y lo que es realmente tu voluntad para mi vida. Ayúdame a caminar siempre contigo, sabiendo que tú eres mi guía y mi protector en cada paso. Que tu verdad ilumine mi camino y tu amor me sostenga en cada momento. En El Nombre de Jesús, Amén.