Siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 2 Corintios 3:3
¿Sabía usted que puede desarrollar su confianza en Dios? Esta crece cuanto más meditamos en su Palabra, sabemos quién es Él y nos acercamos al Señor en oración. Confiar en Dios nos da:
CRECIMIENTO ESPIRITUAL. Confiar en Dios significa que buscamos su guía y su fortaleza en medio de nuestros problemas. A la vez, experimentamos la presencia, la ayuda y el poder del Espíritu Santo y, como resultado, el crecimiento espiritual. Por medio de la seguridad que tengamos en el Señor, lograremos mucho más de lo que imaginamos (Ef 3.20).
PAZ. Cuando nuestra seguridad descansa en Dios y demostramos estar convencidos de sus promesas, sentimos paz. Isaías 26.3 dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. No obstante, nuestra actitud calmada vacilará cuando mezclemos la confianza en Él con la confianza en nosotros mismos.
INFLUENCIA. Otros se darán cuenta cuando observen que Dios inspiró nuestra confianza. Cuando nos vean lograr algo inesperado, crecer espiritualmente o exhibir paz interior, querrán tener lo que tenemos. Entonces, es probable que podamos inspirarles a conocer al Salvador.
¿Revelan sus acciones confianza en Cristo? El Señor es digno de nuestra confianza (Ap 5.12).
Señor, te doy gracias por ser mi fortaleza y mi guía en todo momento. Ayúdame a confiar en Ti plenamente, sin depender de mi propia sabiduría o fuerza. Que mi vida sea un testimonio de Tu poder transformador y que mi confianza en Ti inspire a otros a buscar Tu rostro. Permíteme crecer espiritualmente, llenándome de Tu paz y guiando mis pasos conforme a Tu voluntad. Que todo lo que haga refleje mi fe en Tu amor y en Tu provisión. En El Nombre de Jesús, Amén.