En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración. Romanos 12:11-12
Dios nos da oportunidades todos los días para impactar de manera positiva las vidas de quienes nos rodean. Nuestro “servicio” puede ser solo una palabra de aliento, un oído atento o una acción bondadosa. Pero en otras situaciones, ayudar a alguien puede implicar el sacrificio de largos períodos de tiempo fuera de nuestra rutina o dar con generosidad. Ya sea que el Señor le esté pidiendo algo grande o no, al fluir el amor de Dios a través de usted, podrá ajustar su agenda o su presupuesto sin tener en cuenta el costo.
Sin importar a lo que se dedique, todo lo que haga debe ser hecho “en el nombre del Señor Jesús”. Esto significa que está motivado por el amor, hecho en armonía con la voluntad revelada de Dios y en sometimiento a su autoridad. Y como nos exhorta el pasaje de hoy, debemos ser “fervientes en espíritu” al servir al Señor y “no perezosos en lo que requiere diligencia” (Ro.12.11). Vivir la fe de esta manera requiere depender del poder del Espíritu Santo. Solo al entregarle el control de cada aspecto de nuestra vida, nuestro trabajo producirá fruto espiritual.
Como embajadores de Cristo, debemos servir con humildad para que Dios reciba la gloria que merece. Cualquier éxito que experimentemos pertenece al Señor, cuyo Espíritu está obrando a través de nosotros. Pídale que le haga estar alerta a las oportunidades de servicio que Él ponga delante de usted.
Amado Señor, ayúdame a ser diligente en mi servicio a Ti, sin caer en la pereza ni en la indiferencia. Que mi espíritu siempre esté ferviente, lleno de tu amor y motivado por la esperanza que nos has dado. Dame fuerzas para soportar la tribulación con paciencia y para mantenerme constante en la oración, confiando en que Tú obras en cada situación. Hazme sensible a las oportunidades de servir a los demás, y que todo lo que haga sea para glorificar tu nombre. Gracias por usarme como un instrumento de tu gracia. En el nombre de Jesús, amén.