«Porque yo Jehová no cambio…» (Malaquías 3:6)
Las cosas del mundo son inciertas e indefinidas. En la radio, en la televisión y en los periódicos se oyen y se leen palabras de incertidumbre y desesperación, todos los días. Todo a nuestro alrededor pareciera encontrarse en estado de confusión.
Pero, alabado sea el Señor, si eres un creyente, tienes algo en lo que puedes depender: ¡la inmutable Palabra de Dios!
Dios no usa estándares diferentes. Él no dice una cosa hoy, y algo diferente mañana. Él es el mismo ayer, hoy y por siempre.
Si tú haces de la Palabra la autoridad final en tu vida, ésta será para ti como una columna de apoyo cuando todo lo demás empiece a derrumbarse. Si lo que Dios dice es suficiente para que puedas solucionar los asuntos de la vida, podrás estar confiado cuando los demás estén confundidos, podrás estar tranquilo y lleno de paz cuando los demás estén bajo presión. ¡Serás un vencedor cuando los demás caigan vencidos!
¿Qué significa hacer de la Palabra de Dios la autoridad final en nuestra vida? Significa creer en lo que Dios dice en lugar de creer lo que la gente dice. Significa creer lo que Dios dice en lugar de creer lo que Satanás dice. Significa creer en lo que Dios dice en lugar de lo que las circunstancias dicen.
Toma hoy en tu corazón la decisión de permitir que la Palabra de Dios sea la autoridad final en tu vida. Decídete a vivir por fe y no por vista. Sin miedo, sométete a la autoridad de la Palabra del Señor, y no habrá nada en este mundo viejo e inestable que pueda robarte esa seguridad.
Palabra diaria: Señor, te doy gracias por que a pesar de mis errores y defectos no has cambiado en ninguna medida, tu amor, bondad y cuidado inalterables. Permite seguir por las sendas de Tu palabra para acercarme a tus planes de bien, sirviéndote siempre con fidelidad. .