Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16
Con tantas mentiras en este mundo, cada creyente necesita discernimiento espiritual. Aunque tenemos acceso a la sabiduría de Dios, no es algo que poseemos de forma automática. Más bien, hay que buscarla con diligencia. Y su Palabra es el lugar para comenzar, porque el discernimiento espiritual se obtiene solo al conocer la verdad y pensar bíblicamente en cada situación.
Es una tontería pensar que nuestra propia sabiduría es suficiente para guiarnos. La mente humana, aunque racional, no es capaz de ver la verdadera naturaleza de muchas situaciones y acontecimientos. Lo que es bueno puede que no siempre sea lo mejor, y lo que se presenta como verdad, a veces es una mentira. El orgullo en nuestro propio juicio impide el acceso a la sabiduría divina.
Por el contrario, alimentarse con regularidad de la Palabra de Dios desarrolla nuestra percepción. A medida que el Espíritu Santo ilumine nuestra mente e interprete las Sagradas Escrituras, veremos cada vez más la vida desde la perspectiva de Dios. A través del Espíritu y la Palabra, tenemos un vínculo directo con la mente misma de Cristo (1 Co 2.16). Desde Génesis hasta Apocalipsis, Dios nos revela sus pensamientos, principios y sabiduría para que podamos vivir conforme a ellos en cualquier situación.
Señor, dame discernimiento espiritual para ver tu verdad en medio de las mentiras del mundo. Que tu Espíritu Santo ilumine mi mente y me guíe a través de tu Palabra, para que pueda vivir conforme a tu sabiduría en todas las circunstancias. En El Nombre de Jesús, Amén.