Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Efesios 1:3-4
¿Se ha sentido derrotado en cuanto a su vida espiritual? El problema puede ser que está dependiendo de sus propios recursos y capacidades en vez de hacerlo de las inagotables riquezas de Dios que Él ha puesto a su disposición.
Con Dios, no tenemos que preocuparnos por quedarnos sin tiempo, energías, dinero o recursos. Él ha prometido equiparnos con todo lo necesario para el propósito al que hemos sido llamados. De hecho, somos herederos de grandes y gloriosas riquezas. Considere algunas de las generosas bendiciones de Dios:
ES HECHURA SUYA (Ef 2.10). Dios le salvó por su gracia y le está santificando de la misma manera. La obra transformadora y de capacitación es del Señor; el papel de usted solo consiste en cooperar y depender de Él.
TIENE ACCESO INMEDIATO A DIOS (He 4.16). La ayuda divina está a solo una oración de distancia.
TIENE AL ESPÍRITU SANTO MORANDO EN USTED (Ef 1.13, 14). Él no solo le guía y le ayuda a entender la Palabra de Dios, sino que también le dota de todo lo necesario para obedecer a Cristo.
Como seres humanos, estamos acostumbrados a tener recursos limitados, pero con Dios no es así. Cuando recordemos su provisión infinita y dependamos de ella, obtendremos descanso, paz y confianza en Cristo.
Dios eterno, gracias por las abundantes bendiciones espirituales que has derramado sobre mi vida en Cristo. Me has llamado y provisto todo lo necesario para caminar en santidad y sin mancha delante de ti. Ayúdame a dejar de depender de mis propias fuerzas y a descansar en tu poder ilimitado. Que tu Espíritu Santo me guíe, dándome fuerzas y entendimiento para obedecer y honrar tu nombre cada día. En ti encuentro mi paz y confianza. En El Nombre de Jesús, Amén.