Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9
¿Alguna vez se ha preguntado cómo le ve Dios? Tal vez las interacciones con los demás han moldeado la manera en que usted cree que Dios le ve. Pero en su Palabra, nos dice exactamente cuán amados y apreciados somos. El pasaje de hoy describe solo cuatro de las muchas maneras en que Él nos ve:
UN LINAJE ESCOGIDO. Dios nos escogió para formar parte de su reino y de su familia porque nos quiere y nos ama.
UN SACERDOCIO REAL. Como creyentes, somos hijos de Dios y, por tanto, parte de una familia de la realeza. En otras palabras, somos “herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Ro 8.17).
UNA NACIÓN SANTA. La Iglesia, o el Cuerpo de Cristo, es un grupo de personas que son santas, lo que, como aprendimos hace unos días, significa “apartadas” para los propósitos de Dios. Nuestras vidas nunca carecen de sentido, porque vivir para el Señor es el propósito más grande que uno puede tener.
UN PUEBLO ADQUIRIDO POR DIOS. Usted y yo somos posesiones preciosas de Dios; le pertenecemos (Dt 14.2; Tit 2.14). Él nos valora tanto a cada uno de nosotros que envió a su Hijo a morir en nuestro lugar.
Cada una de estas descripciones muestra el gran valor que usted tiene para Dios. Esfuércese por recordar su verdadera identidad, y de ser consciente de que es apreciado.
Señor amado, gracias por recordarme cuánto me amas y valoras. Gracias por hacerme parte de tu linaje escogido, por darme un lugar en tu reino y por considerarme una posesión preciosa. Ayúdame a vivir con la certeza de que soy tuyo, y a caminar en el propósito que tienes para mi vida. Que cada día mi identidad esté arraigada en tu amor y gracia. En El Nombre de Jesús, Amén.