Guerrero de Dios: Sus caminos son milagrosos

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Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra. 1 Reyes 17:6-7

En Isaías 55, Dios declara: “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos” (Is 55.8). De hecho, esa es una de las mayores frustraciones de la vida cristiana: la falta de comprensión de los caminos de Dios. Hay momentos en los que nos vendría bien un milagro, y Él no nos lo concede, lo que puede hacernos sentir defraudados, decepcionados y enojados. ¿Por qué me defraudó Dios?

Dios obra de maneras sobrenaturales y también ordinarias, y Él determina el método. Por ejemplo, en el pasaje de hoy, Elías comía alimentos entregados milagrosamente por cuervos, pero su suministro de agua de un arroyo era del todo natural. Cuando este se secó, el Señor pudo haber hecho brotar más agua de la tierra, pero no lo hizo.

A veces, Dios utiliza medios ordinarios para movernos en una nueva dirección. La restricción de su suministro de agua abrió la puerta para la siguiente tarea de Elías. Cuando el Señor retiene una intervención milagrosa y deja que su arroyo se seque, entonces Él tiene otra cosa pensada para usted.

La actividad de Dios en los aspectos comunes de la vida es tan milagrosa como su intervención sobrenatural. Busque su “huella digital” en las actividades rutinarias del día. Él está ahí, abriendo y cerrando puertas, poniendo fin a una oportunidad pero iniciando otra.

Señor, gracias porque, aunque a veces no entiendo tus caminos, sé que siempre tienes un propósito perfecto. Ayúdame a reconocer tu obra tanto en lo extraordinario como en lo ordinario de la vida. Cuando las circunstancias cambian y los arroyos se secan, dame la fe para confiar en que estás abriendo nuevas puertas y guiándome hacia un plan mejor. Enséñame a buscar tus huellas en cada momento y a caminar con esperanza, sabiendo que tú nunca me dejas ni me abandonas. En el nombre de Jesús, amén.