Y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. Génesis 22:16-17
A veces obedecer al Señor no es fácil. Siempre que usted enfrente algo difícil, recuerde a Abraham. En el pasaje de hoy, se le dio una de las pruebas más grandes registradas en la Biblia, pero obedeció de buena gana y con prontitud. Su respuesta nos enseña importantes lecciones acerca de someternos a la voluntad de Dios.
A VECES, LA OBEDIENCIA CHOCA CON LA RAZÓN HUMANA. El pacto que Dios estableció con Abraham y su descendencia (Gn 17.7) pasaría a Isaac, el hijo de la promesa (Gn 4.28). Pero ahora el Señor le estaba pidiendo a Abraham que sacrificara al hijo.
LA OBEDIENCIA SIEMPRE REQUIERE CONFIANZA EN DIOS. Abraham obedeció porque confiaba en que el Señor cumpliría la promesa, incluso si eso significaba que su hijo resucitaría de entre los muertos (He 11.17-19). Dijo a sus siervos: “Yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros”, indicando que ambos regresarían (Gn 22.5).
LA OBEDIENCIA DEJA EL RESULTADO A DIOS. Abraham esperaba por completo que el Señor preservaría a Isaac para cumplir su promesa. Pero fue algo inesperado que Dios proveyera un carnero como sacrificio sustituto (Gn 22.12-14).
El Señor nos pone a prueba para aumentar nuestra obediencia y fe en Él. ¿Considera usted a Dios digno de confianza?
Señor, dame un corazón obediente como el de Abraham, que confíe en Ti incluso cuando no entienda Tu propósito. Ayúdame a caminar en fe, sabiendo que Tus planes son siempre buenos y perfectos, aunque a veces me resulten difíciles. Aumenta mi confianza en Tu poder y en Tus promesas, para que en cada prueba pueda depender completamente de Ti. Que en todo lo que haga, pueda dejar los resultados en Tus manos, confiando en Tu provisión y en Tu fidelidad. En El Nombre de Jesús, Amén.