Cuando pienses en lo difícil de algunos días, en las derrotas que tuviste que sufrir, en el daño que otros te causaron sin siquiera tomar en cuenta tus lágrimas y tu dolor, recuerda que Nuestro Padre no ha apartado su vista de ti, y que guarda maravillosos e inmesos propósitos para tu vida. Él solo requiere de Ti tu confianza y tu voluntad de no parar. Sigue adelante. Amén.
Inmensos Propósitos
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