En mayo de 1969, la unidad de infantería de Jan Scruggs fue atacada por el Vietcong, Scruggs recibió heridas de metralla y fue enviado a su casa para recuperarse. Se sintió afortunado.
Después de su servicio en el ejército, Scruggs se graduó de consejero. Comenzó a soñar con erigir un monumento a sus compañeros, pero abandonó el pensamiento. Volvió a tener la idea en 1979, después de ver El Francotirador, una hermosa película acerca del impacto de Vietnam en un grupo de amigos de una pequeña ciudad. ¡Esta vez esta decidido! Aunque no tenía dinero ni una organización que lo apoyara, Scruggs usó sus propios fondos para establecer el “Fondo del Monumento a los Veteranos de Vietnam”, una organización sin fines de lucro, organizó una conferencia de prensa donde dio a conocer sus planes. Reunió a un impresionante equipo de patrocinadores y en julio de 1980, Scruggs y sus voluntarios fueron premiados con un lugar cercano al monumento a Lincoln. Se les dio cinco años para que consiguiensen los fondos para la construcción.
En una operación relámpago, Scruggs y sus voluntarios consiguieron el dinero necesario para el Monumento a los veteranos de Vietnam… tres años antes de lo programado.
La clave del éxito no está en el tamaño de su meta… ¡sino en un impulso en alcanzarla!
La clave del éxito está en saber que cualquier que sea el resultado, nuestra responsabilidad es dar el mayor y mejor de nuestros esfuerzos para Dios esperando de Él, sólo la voluntad que tenga para nosotros, siempre necesaria y siempre de bien.
Santiago 1:22
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.